sábado, 29 de diciembre de 2012

México de cara a su futuro

México vive un momento crucial en su historia. Se enfrenta a la enorme oportunidad de insertarse de una forma protagónica en el desarrollo global. Su ubicación geopolítica y las condiciones económicas del mundo y las que privan aquí abren la puerta para dar un paso cualitativo hacia el desarrollo económico que cierre las enormes brechas sociales. En el ámbito global, el país tiene una de las economías más abiertas del mundo, lo que facilita el comercio y el flujo de capital; la base industrial sigue creciendo gracias al dinamismo de las exportaciones y la inversión externa que radica sus plantas de producción aquí para abastecer a toda la región norteamericana. Para las economías orientales, encabezadas por China, México representa una doble oportunidad por su mercado y por la cercanía con Estados Unidos. Muchas inversiones productivas serán cada vez más rentables en México que en otras naciones lejanas de Norteamérica por los costos de trasporte y por la apreciación de las monedas. Además la reconfiguración del comercio en el Atlántico del Norte con Europa y Estados Unidos al frente también beneficiará, sea cual sea la solución de los problemas del viejo continente. Mientras que en el espacio interno México tiene ahora condiciones demográficas más favorables por el descenso en el crecimiento de la población, por la inminente suficiencia cuantitativa en servicios básicos de educación y salud. La disciplina fiscal que anuncia en transformarse en fortalecimiento de las haciendas públicas, puede permitir que el estado dependa menos de los ingresos petroleros, es una oportunidad enorme para fortalecer la capacidad multiplicadora del sector público. También es significativo el llamado bono de oportunidad que tiene la nueva administración federal para impulsar reformas en la energía, fiscalidad, telecomunicaciones, finanzas, salud y pensiones que pueden dar un impulso al crecimiento. Estas condiciones nos hacen mirar el futuro con cierto optimismo. Los problemas sociales y de seguridad son el gran desafío de la nueva administración. México dará el paso al desarrollo cuando el ingreso percápita crezca más allá de los 15 mil dólares anuales y se conforme una clase media sólida fuertemente implantada al sector financiero y a la economía global. Muchos pasos se están dando en esa dirección al fortalecer la bancarización, impulsar el crédito y sobre todo generar empleos. Pero la piedra angular está en la formalización de la economía subterránea, mediante esquemas fiscales y operativos innovadores. Ojala que las nuevas autoridades den prioridad a este aspecto fundamental, que junto a la creación de beneficios sociales más extendidos pueden significar el gran paso para mitigar la desigualdad social. Independientemente se posturas políticas, a México le ha llegado la hora y hay que estar muy atentos para sacar provecho de estas condiciones que en parte son coyunturales. El camino de la apertura a la globalidad nos debe llevar a crecer más, y distribuir mejor; cada quién en nuestro campo habremos de abonar para fortalecer el intercambio con una actitud de gran amor por México.

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