domingo, 5 de febrero de 2017

La Constitución Mexicana Hoy

La constitución en el acuerdo político que nos define. Marca los valores, establece alcances y límites entre la libertad y la autoridad. La nuestra, es una constitución liberal, inspirada en las ideas de la revolución francesa, la constitución norteamericana y las ideas sociales producto de nuestra propia revolución a principios del siglo XX. La incorporación de México a flujo de la globalización, la normalización democrática, como la transformación tecnológica han supuesto a lo largo de un siglo casi seiscientas modificaciones. Pero el espíritu original se mantiene; somos una República que defiende los derechos de los individuos, de las personas, frente a los demás y frente a la autoridad, mediante un equilibrio de poderes. A lo largo de un siglo el alcance real de la aplicación y defensa de la Constitución ha sido azaroso en lo esencial, y no me refiero a los cambios políticos, sino a la aplicación del estado de derecho en todo su alcance debido, tal y como lo marca la propia Carta Magna. Por muy distintas razones, desde la políticas, hasta la insuficiencia de recursos, la vigencia real ha sido inconsistente, tanto en el tiempo, como en la geografía del País. Para nadie es un secreto que la aplicación de la ley es el tema que genera más desconfianza. La población, afortunadamente, cada vez más con más conciencia del alcance de los derechos de las personas, ha exigido mejoras en la aplicación de las leyes, y mucho se ha avanzado. Ahora tenemos una mayor independencia de poderes, nuestras instituciones democráticas son más estables, los tribunales han evolucionado para convertirse en contrapesos reales en la aplicación de la ley. Al mismo tiempo los contrapesos políticos hacen cada vez más difícil la concentración de poder autoritaria. Sin embrago, el publico tiene la percepción justa de que aun no es suficiente, y que el desempeño de las cosas públicas tiene menos velocidad y calidad que las cosas privadas. Y en gran medida tiene razón. No podemos negar que ahora mismo hay zonas importantes del país en donde la aplicación del estado de derecho es muy precario, por la fuerza de los grupos de la delincuencia. O que la aplicación de las normas igualitarias son más una declaración de intención que una realidad por la falta de presencia de las instituciones, en gran parte debido a carencias presupuestales. O que la transformación judicial ha sido lenta y en muchos sentidos poco eficaz. Pero a pesar de toda la desconfianza y la insatisfacción, es importante resaltar que para avanzar como País, para fortalecer nuestro papel en el mundo, y ahora ante las adversidades que representa el nuevo gobierno de los Estados Unidos, la Constitución se convierte en el instrumento fundamental para fortalecer a México. Cumplir con el espíritu de defensa de la libertad, es ahora, más que nunca esencial. El peligro de la autocracia que se cierne del otro lado de la frontera, debe ponernos en alerta, para fortalecer nuestra vocación de respeto a las personas y presentarnos fuertes y unidos a las negociaciones, disputas o conflictos que parecen acercarse. Para ello debemos estar de acuerdo todos los mexicanos en los principios que nos definen, por lo que cumplir y hacer cumplir la constitución se convierte en la pieza clave en el futuro inmediato. Los graves problemas de seguridad que enfrentamos se deben resolver con la ley en la mano. La realidad nos impone acelerar el paso para fortalecer el estado de derecho, como la acción estratégica inmediata, para asegurar la libertad y la confianza. Aunque sea doloroso, ese tema es quizá nuestro flanco más delicado en la relación con los Estados Unidos y es claro que ya lo han hecho sentir. La estraga de filtrar las conversaciones, reales o supuestas entre los presidentes, lo denota claramente. Y es ese sentido hace falta hacer una pausa en los enojos y disputas internas, para fortalecer las instituciones encargadas de la seguridad y la justicia. Trabajar por México implica esta vocación de unidad en torno a los valores esenciales de nuestra constitución. Debemos, cada uno en nuestra labor, hacer que México siga siendo el mejor sitio del mundo para vivir en libertad, esta será la mejor forma de honrar un siglo de la Constitución. Y la mejor forma de trabajar para nuestros hijos y nuestros nietos.