sábado, 8 de junio de 2013

Competencia china

Las dos mayores potencias económicas del mundo se encuentran en California. Los presidentes Obama y Ji Jinping tienen el desafío de generar una nueva etapa en las relaciones que pase de la coexistencia combativa, de la época de Mao y Nixon, a una nueva que se caracterice por la coexistencia competitiva en el ámbito comercial. El encuentro de estos días tiene la misma importancia estratégica que tuvo en los años sesenta del siglo XX aquella visita a China de Richard Nixon. China es ahora la segunda potencia económica global que culturalmente se asume como el centro del mundo. Estados Unidos es la primera potencia hegemónica en el ámbito militar, financiero, tecnológico y político de nuestro tiempo. Los estrategas de Beijing y de Washington están dejando de lado los viejos temores de la guerra con los Rusos, que hoy por hoy han sido superados por los Chinos, para concentrar su atención en encaminar la confrontación de las potencias al campo comercial y financiero. En este ámbito es donde se abre un espacio para los intereses de México, la potencia emergente que puede ser el aliado estratégico de los Estados Unidos en esta competencia comercial e industrial. China es el principal proveedor de mercancías extranjeras manufacturadas a Estados Unidos, México el segundo. Estados Unidos es el primer inversor de recursos en México, China quiere iniciar una etapa de grandes inversiones en infraestructura en México. La expansión de los intereses chinos en Suramérica es tan evidente que requiere de atención por parte de los norteamericanos, y en ese campo México puede jugar un papel más activo. La alianza del pacífico implica hacer crecer el comercio entre ambos lados del océano y otra vez, México puede contribuir con puertos, vías férreas, y otras infraestructuras para cruzar del Pacífico al Atlántico. No es casual que Xi Jingping visitara nuestro país hace unos días. Nuestra cancillería seguramente está atenta y activa en relación con el comunicado que saldrá del encuentro de California, del que se espera el nuevo tono de las relaciones y de los propósitos conjuntos, que nos implican. Con los chinos es indispensable tomar en cuenta que su visión competitiva tiene una perspectiva muy amplia en el tiempo, que puede resumirse en las palabras de Sun Tzu en el Arte de la Guerra: “la superioridad definitiva no estriba en ganar cada una de las batallas, sino en derrotar al enemigo sin luchar siquiera. La forma más elevada de la guerra es el ataque a la estrategia (del enemigo) en sí; la siguiente, el ataque a sus alianzas…. Simular incapacidad; cuando se despliegan las tropas aparentar que no hay movimiento. Cuando se está cerca, aparentar que se está lejos; cuando se está lejos, aparentar que se está cerca” Ahora a México le corresponde ser el aliado del adversario de los chinos. Ellos son hoy por hoy el competidor estratégico más importante de la industria mexicana, fuente de contrabando y al mismo tiempo un mercado inmenso al que muy pocas empresas mexicanas se han atrevido a tocar. Estar cerca de China es clave para el futuro. Para los chinos el arte participar en el mundo global es el talento de coexistir en combate. Para nosotros coexistir en competencia.

sábado, 1 de junio de 2013

Los videos del narco

Lucha en Michoacán alcanza la red Hace algunos días el presunto líder del grupo llamado “los caballeros templarios” ordenó hacer público un video en donde llamaba a “dialogar y dejar guardaditas las armas” para solucionar los problemas de Michoacán, y acusaba que a los grupos de autodefensa que han surgido en la zona limítrofe con Jalisco habían sido armados con el respaldo de algunos integrantes del Ejército que estaban de acuerdo con el grupo delictivo llamado Cártel Jalisco Nueva Generación. Como respuesta, el jueves pasado, apareció en You Tube, otro video de seis minutos de duración, en el que se observa a decenas de personas fuertemente armadas, con el rostro cubierto. En un muro posterior aparece una lona impresa en la que se lee claramente: “Los Guerreros del CJNG. Vamos con todo Templarios”. Uno de los encapuchados expone que “la guerra no es contra la sociedad, para que no se alarmen. La guerra es contra los individuos que ya muchas personas estamos cansados de tantas injusticias que cometen esas ratas, que se dedican al secuestro y a la extorsión”. En una parte del video llegan al extremo de suscribirse como un grupo que lucha por recuperar la tranquilidad, parar a los templarios, y eso sí vengar a las familias afectadas por sus rivales. En un gesto de cinismo piden a las autoridades que “nos dejen hacer nuestro trabajo y de acabar con estas lacras. Y después, pueden actuar conforme a la ley, en contra de nosotros, puesto que somos narcotraficantes y pertenecemos a un cartel”. Estas piezas de video son claramente una apología del delito que intentan mostrar fuerza y amedrentar a la población y son muestra de que la lucha entre grupos y contra las autoridades ha alcanzado a la red electrónica. Estos grupos usan estrategias para usar los contenidos informativos con el propósito de fortalecer la percepción que los ciudadanos tenemos de ellos. Las autoridades federales, usando los mecanismos legales de los que disponen, seguramente están tomando medidas para evitar que estos grupos continúen con esta labor. Como consecuencia, estos videos fueron retirados por la propia empresa de internet, y ahora se ha dejado de lado la presentación pública de presuntos delincuentes detenidos a los que antes incluso se les daba voz ante los medios de comunicación masiva. Como en todas las luchas armadas las comunicaciones son fundamentales, si las autoridades han tomado cartas en el asunto, para controlar las que surgen de los grupos de narcotraficantes es un paso que debemos respaldar, porque la lucha en internet es un nuevo ámbito de la batalla contra la impunidad. También merece la pena reflexionar sobre la forma como se reportan y publican los hechos delictivos en los medios de comunicación, anteponiendo siempre la libertad de expresión y el derecho a saber, pero considerando no hacer apología del delito, ni dejarse usar como instrumento de esta lucha de comunicación y percepciones, entre grupos delictivos, la población y las autoridades. Esto plantea un reto profesional, ético y jurídico para quienes participan en la formación de la opinión pública y es motivo de reflexión para todos.