viernes, 7 de diciembre de 2012

Seis días de Peña Nieto

La nueva administración federal ha iniciado su gestión con acciones firmes y decididas a fortalecer el mando y control de asuntos estratégicos para el país. En el discurso de inicio de gestión Enrique Peña Nieto ha delineado el perfil que quiere imprimir al gobierno con mensajes muy claros: a los mercados un mensaje ortodoxia con el déficit cero en el manejo financiero; A las grandes empresas mexicanas un mensaje de compromiso con la competencia y por ende contra las tendencias monopólicas, que tiene mayor sentido dado que ahí mismo estaba Carlos Slim y su hijo junto a otros grandes empresarios mexicanos; A la industria de la televisión y las telecomunicaciones mensaje claro de apertura y de impulso a las inversiones competitivas, con el anuncio de la licitación de nuevas cadenas de televisión; al sector de seguridad y gobierno una señal de decisión para influir determinantemente en la impartición de justicia penal, mediante un nuevo Código Penal uniforme para el país, lo que traería consigo inducción sobre las procuradurías de justicia de los Estados; a los gobernadores del país, que han gozado de una ámbito de cierta libertad de operación se le manda una señal de control al decidir mandar al Congreso una iniciativa para controlar y limitar el endeudamiento de estados y municipios. Dicho de otra forma si quieren más recursos, deben pasar por pedir al ejecutivo; a los intereses geremiales un mensaje de fuerza al anunciar cambios en el sector educativo sin considerar al SNTE; Por si fuera poco al día siguiente al suscribir el Pacto por México, se emite una señal de acuerdos concertados en función de intereses superiores, y de paso se sigue disminuyendo la influencia de la izquierda más radical. La designación de funcionarios también ha mandado una señal de acuerdos con todas las fuerzas políticas y de intención de privilegiar la eficiencia. Además es muy significativo que en estos días, incluso en su visita a Monterrey, el Presidente no ha tocado el concepto de guerra, ni la lucha violenta contra el narcotráfico, ni se ha referido a cuestiones que generen polémica. En tan sólo seis días la nueva administración se ha hecho con en control político real, imprimiendo su propio estilo, ha terminado con la guerra, ha ejecutado acuerdos políticos con la oposición, ha creado una expectativa en los mercados internacional y ha establecido las líneas políticas nuevas en su relación con los poderes locales. En pocas palabras se a puesta por el vigor político, la ortodoxia financiera, la operación social activa y la decisión de crecer la economía como la palanca para crear mejores condiciones sociales. Hasta ahora han tocado por nota y han mostrado tener capacidad y estar afinados en la ejecución de una estrategia. Falta aun conocer más respecto a la forma como se plantea acometer las reformas estructurales en materia de energía y hacienda pública, y los cambios efectivos en la política exterior. Pero así la nueva administración goza ya de una expectativa de mejora en las condiciones de nuestro país; expectativa que es sin duda un enorme compromiso.

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