sábado, 29 de noviembre de 2014

Justicia es el reclamo, respeto la respuesta

Estado de derecho es la respuesta al reclamo social que se ha expresado en las últimas semanas en México. El mensaje del Presidente Peña Nieto el pasado jueves marca el rumbo en el sentido correcto. El valor denominador que se expresa mediante la auténtica indignación e impotencia es la necesidad de tener un México más justo. Justicia significa antes que nada seguridad en lo que a cada quién corresponde. En la dignidad personal como eje esencial del respeto que personas e instituciones deben a cada mexicano. El único camino a la justicia pasa por el derecho. Nuestro País será una nación desarrollada cuando tengamos instituciones suficientemente sólidas para asegurar que a cada uno se da lo que en dignidad corresponde y que cuando alguien falte a este principio será castigado llevándolo a la justicia institucional que respetemos todos. Para contar con instituciones que brinden esa certidumbre es necesario que todos respetemos las normas y que nos sometamos a las decisiones de la justicia sin distingos. Ahora mismo para los ciudadanos muchas de las instituciones no son confiables dada su fragilidad manifiesta. De ellas las corporaciones de seguridad son las más débiles en cuanto a la percepción que se refuerza con los muy lamentables acontecimientos que hemos conocido en las últimas semanas. Por eso, aunque sea doloroso de alguna forma, es correcto que se emprendan acciones para intervenir en municipios en donde quede manifiesta la infiltración del crimen. También es adecuado redefinir las competencias en el combate a la delincuencia y el narcotráfico para implicar coordinadamente a todos en la lucha contra el poder de organizaciones que pretenden disputar a las autoridades constitucionales el monopolio de la violencia institucional. Las propuestas del Presidente son acciones en el rumbo correcto, sin embrago es claro que enfrentarán resistencias políticas y de intereses que se sienten afectados con los cambios emprendidos por la actual administración. Es claro que ante ebrio revuelto de los últimos días hay intereses que intentan revertir muchos de los cambios estructurales aprobados, y en ello pueden confluir intereses políticos, económicos, y de control social que si se asocian al crimen pueden producir un coctel muy explosivo. Por eso es importante tomar con toda seriedad la situación y observar con detenimiento lo que sucede en realidad. La sed de justicia de los mexicanos es plenamente justificada. El camino es el fortalecimiento del estado de derecho mediante acciones contundentes. Todos los mexicanos debemos respaldar el esfuerzo por hacer que las leyes se respeten. Todos debemos implicarnos en el combate a la impunidad. Los privilegios de pocos que son evidentes son una de las cuestiones esenciales en este proceso social y político. La justicia implica terminar con esos privilegios para encausarlos en leyes equitativas. Habrá que esperar para conocer el contenido material de las iniciativas del Presidente para opinar con profundidad, pero el rumbo marcado es el más serio. El país no está para pretender acciones de relumbrón, sino para actuar con toda responsabilidad porque tenemos que dar el paso para tener instituciones enfocadas al respeto de la dignidad de la persona mediante acciones justas apegadas siempre a la ley. Claro que es una cuestión de leyes, de su aplicación, de su respeto. Es cuestión de entender que por encima de cualquier voluntad política o pretensión de acuerdos está el respeto a la ley. Ha llegado el momento de decidirnos por el camino de las normas para alejarnos de la comodidad del consenso acomodaticio que solo redunda en injusticia. Si la justicia es el reclamo el respeto es la respuesta.

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