sábado, 3 de noviembre de 2012

Para México mejor Obama

Aunque la mayoría de los mexicanos no votamos en la elección de los Estados Unidos, su resultado será determinante en nuestro futuro. Como la mayor parte de las naciones occidentales, la sociedad mexicana ve con más simpatía la candidatura de Barak Obama respecto de su retador, Mitt Romney. Y hay buenos motivos para ello. También los mexicoamericanos que podrán votar piensan en su mayoría lo mismo. Para ellos, y para nosotros, las propuestas económicas del republicano serían perjudiciales para el nivel de vida de las familias porque las políticas contractivas propuestas por Romney –en su propósito prematuro para reducir el déficit– casi seguramente debilitarían el ya anémico crecimiento de EE. UU. y, si la crisis del euro empeora, podrían producir otra recesión. Para la economía de México eso sería muy nocivo ya que nos arrastraría. Una reducción de la demanda estadounidense, afectaría también al resto del mundo. Por otra parte, la política social que pretende echar para atrás en las reformas del sistema salud también golpearía a muchas familias mexicoamericanas e indirectamente a muchas más aquí. Romney ha criticado estas reformas y no ha ofrecido nada en su lugar. Estados Unidos se ha distinguido por estar entre los países avanzados con menos igualdad de oportunidades para sus ciudadanos. Y los dramáticos recortes presupuestarios propuestos por Romney, que están dirigidos a los pobres y la clase media, limitarían aún más la movilidad social allá y presionarían a la sociedad mexicana. En las cuestiones centrales de la agenda global como el cambio climático, la regulación financiera y el comercio, Romney ha mantenido silencio sobre el protocolo de Kioto, y muchos en su partido son «negadores climáticos». El mundo no puede esperar un genuino liderazgo de Romney en ese tema. Respecto a la regulación financiera, si bien la reciente crisis ha resaltado la necesidad de reglas más estrictas, ha sido difícil lograr acuerdos sobre muchos temas, en especial porque la administración de Obama está demasiado próxima al sector financiero. Con Romney, sin embargo, no habría distancia en absoluto, al contrario si con Obama hay cercanía con el republicano hay identidad. Sobre el comercio, Romney promete lanzar una guerra comercial contra China que aparentemente puede beneficiar a México, pero que también pude provocar inestabilidad global que nos afectaría seriamente porque una caída de China reduce también el crecimiento en otras partes del mundo. Finalmente la oportunidad de que se inicie una nueva administración en México, supone mayores ventajas en la continuidad de los programas en marcha, que una revisión de los mismos, especialmente en los temas de seguridad y migración. Por eso la opinión pública mexicana de aquí y la de allá no está equivocada, a México le conviene la reelección de Obama.

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