sábado, 16 de julio de 2016

El golpe en Turquía

Turquía es una nación estratégica de 80 millones de habitantes, por su ubicación geográfica y su condición de puente entre Europa y Asia. Desde la antigüedad esa tierra fue un punto crucial para el comercio, la cultura, las religiones y por supuesto para la paz en amplias regiones de ambos continentes. Hoy Turquía es un país emergente que busca formar parte de Europa y que juega un papel militar muy relevante en la lucha contra el Estado Islámico en Oriente medio. El Presidente Recep Tayyip Erdogan es un islamista moderado que llegó al poder por la vía electoral y que se ha caracterizado por un gobierno que se ha hecho con el control de los medios de comunicación, ha restringido por la vía de los hechos muchas libertades y mantiene una posición de fuerza a la que resisten muchos de sus ciudadanos más moderados y pro occidentales. El intento de golpe de estado que se propagó el viernes pasado produjo paradójicamente una ola de apoyo a la democracia y a su gobierno, luego de que él mismo recurriera a una estrategia de agitación mediante una llamada de un teléfono que se propagó en redes sociales y algunos medios de comunicación masiva que aun estaban sin el control de los golpistas, llamando a la resistencia popular al golpe. En lo que parece una ironía el Presidente autoritario recurría una táctica de guerrillas para defender su gobierno y dio resultado. A estas horas el gobierno ha retomado el control de la situación y ha anunciado una verdadera purga en las fuerzas armadas, con más de tres mil detenidos, ha impulsado otra limpia en el poder judicial en donde ha despedido a más de 2700 jueces y magistrados, y ha acusado a un viejo aliado suyo el señor Gülen, un clérigo musulmán que vive en el exilio en Pennsylvania en Estados Unidos, quién se desmarcó de la acusación negando su participación en el golpe. El saldo hasta ahora es de 265 muertos, miles de heridos y una agitación interna en el ejército más numeroso de la región. Para efectos estrictamente militares una consecuencia directa del intento de golpe es la suspensión de las misiones de ataque al Estado Islámico encabezadas por Estados Unidos desde la base aérea de Incirlik, un centro de operaciones vitales en territorio Turco. Hay que tomar en cuenta que una parte esencial de la estrategia de gobierno del Presidente Erdogan ha sido reducir el poder del ejército par transferir esa fuerza a la Presidencia, y ahora parece que los militares tendrán que ceder, pero habrá que evitar una fractura interna, por eso parece que la primera reacción de suspender las operaciones conjuntas con Estados Unidos contra el EI. El intento de golpe fortalece a un Presidente que puede tener la tentación de endurecer su gobierno frente las expresiones populares más seculares. El sabe bien que la OTAN y los Estados Unidos necesitan de la cooperación turca, y por eso expresaron de inmediato su apoyo al régimen constitucional desde el mismo sábado por la mañana. Es probable que la situación en Turquía afecte a los flujos de migrantes provenientes de Siria, que abra el apetito de Rusia por expandir la fuerza que posee en Siria y que abra un debate sobre la pertinencia de aceptarle en l Comunidad Europea. Así que aunque la situación parece haber vuelto a cierta normalidad, la verdadera agitaciónn interna esta por venir.

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