sábado, 3 de enero de 2015

El presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación

La elección del nuevo Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación es un hecho institucional de alto valor simbólico. En primer lugar lo tiene en sí mismo por lo reñido del proceso que requirió de 26 rondas de votación, mostrando la independencia plena del poder judicial y el compromiso de los ministros con sus posiciones. Para la vida democrática es relevante la expectación que ha levantado la elección, porque introduce a la agenda social y de la información los asuntos de legalidad que serán cada vez más importantes para el país, y que están en manos del Poder Judicial. El derecho es una obra colectiva que se forma cada día y que pasa por el tamiz de los jueces, por eso su criterio es importante para la solución de los casos más difíciles. En el caso del nuevo presidente de la Corte Luis María Aguilar Morales es importante repasar algunos de sus juicios en asuntos relevantes para la vida nacional. Por ejemplo expuso su voto a favor para declarar constitucional las reformas al Código Civil del Distrito Federal que permite el matrimonio de personas del mismo sexo. También votó por la inconstitucionalidad de normas que pretendían establecer que el inicio de la vida humana parten de la concepción abriendo la posibilidad para la interrupción legal del embarazo; aunque luego votó a favor de la constitucionalidad de normas contra el aborto en Baja California. Su criterio en la aplicación de las reformas a la Constitución en materia de derechos humanos han sido consistentes con la protección de los derechos en el sentido más preciso. Aunque es conocido por su jovialidad también es reconocido su sentido de aplicación estricta de las normas. Su amplia carrera judicial le dota de un conocimiento de las instituciones que seguramente se hará notar en su gestión. Ha llegado a la presidencia de la Corte un jurista experimentado cuyo principal reto es consolidar las reformas que hagan plenamente aplicables las reformas en materia de derechos humanos y amparo que ahora mismo se digieren lenta y consistente en los juzgados federales. Su formación como abogado egresado de la UNAM y su conocimiento de la vida institucional implican también una posición más abierta de la que tenía su contrincante en la disputa por la presidencia del máximo tribunal. Seguramente en los próximos años muchos de los asuntos judiciales trascendentes serán materia de amplia difusión y comentarios como es propio en una sociedad libre e informada, y será entonces cuando veremos con más nitidez el perfil de cada ministro. México necesita un Poder Judicial cada vez más fuerte y más actuante en el control de la legalidad y la constitucionalidad de los actos de todas las autoridades para ampliar la esfera de libertades de los habitantes. Salud al nuevo presidente que tiene la oportunidad de fortalecer el papel de la Corte para consolidar el estado de derecho. Habra que respaldar su labor encaminada a la aplicación de la ley en un ámbito de libertades.

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