sábado, 27 de diciembre de 2014

La ciudad que queremos

La planeación de las ciudades es una labor que amalgama la visión de especialistas en urbanismo, arquitectos, sociólogos con las decisiones políticas. En los últimos años en nuestra ciudad se ha establecido un debate respecto a lo QUE se puede o no hacer con la utilización del suelo urbano. Las normas del desarrollo urbano se han enfocado a regular la capacidad, intensidad, como la definición de determinados usos y destinos. Sin embargo son pocas las propuestas de COMO establecer nuevos modelos de convivencia citadina que mejoren la calidad de vida de los habitantes y visitantes. Precisamente para llevar bienestar es indispensable pensar en formas de vida que potencien el aprovechamiento sustentable de los bienes y espacios públicos. Y al mismo tiempo en necesario pensar en mecanismos que hagan más accesible a la población la adquisición en propiedad o uso de un inmueble que le represente una mejora en su forma de vida. La movilidad representa uno de los aspectos más relevantes en el uso de los bienes públicos y en ese tema estamos avanzando con iniciativas como el tren eléctrico, la bici pública y la reestructuración del transporte tradicional. Movernos más implica tener más tiempo y por ende acceso a más oportunidades de desarrollo personal. La conectividad es otro aspecto fundamental para “movernos” en el espacio virtual y en ese tema hay aun mucho por hacer para brindar ancho de banda gratuito a grupos y espacios estratégicos o necesitados. Respecto a el desarrollo de espacios privados merece la pena pensar en como los desarrollos comerciales, industriales y de servicios interactúan virtuosamente con los espacios públicos generando sinergías muy positivas. La concesión de servicios y usos del espacio público para hacerlos confluir con proyectos rentables que generen valor a los barrios y colonias es un aspecto que aun está en ciernes. Respecto a la vivienda es necesario repensar el modelo de espacios en función de la forma de vida. Hacer más ciudad como afirma Enrique Norten significa potenciar la capacidad de los espacios para generar convivencia, diálogo, expresión y compromiso comunitario. Por eso la vivienda situada en inmediaciones de servicios intensos produce valor en el sentido más humano y también en el económico. El aislamiento es entendible en el sentido de la intimidad familiar, pero eso no significa elevar muros, aislar jardines o generar verdaderos guetos que segregan. Esta ciudad merece ser mucho más incluyente, abierta, accesible, patricipable, vivible. Para ello es necesario dejar de lado modelos restrictivos que limitan la capacidad de generar nuevas formas de vida, de trabajo y de esparcimiento. Abrir las posibilidades para que sea el talento creador encausado por la protección al interés público, pero primado la libertad personal es el mejor camino para la planeación participativa. El debate centrado en las limitaciones suele ser al final estéril, mientras que el que se centra en propuestas innovadoras, atrevidas es fecundo y genera valor. Por eso las nuevas regulaciones deben considerar COMO vivir mejor en la ciudad, y dejar de lado el solo criterio de QUE se prohibe o se permite hacer materialmente. El nuevo año es propicio para el debate creativo de la ciudad. Para estimular iniciativas. Es hora de que la autoridad incentive, promueva, impulse la enorme capacidad creativa y emprendedora que posee Guadalajara.

No hay comentarios: