sábado, 4 de mayo de 2013

La agenda de Obama en México

Un México nuevo está emergiendo. La relación bilateral entre México y Estados Unidos vive una nueva etapa. Dos presidentes están enfocados al impulso del desarrollo económico de la región de América del Norte y se plantean una visión geopolítica que implica una posición más significativa de México en el mundo. Esta visión tiene mayor altura de miras; lo que deja en un plano secundario el tema del narcotráfico y la violencia ocasionada por el crimen organizado. La nueva visión geopolítica compartida implica que ambas naciones tengan una posición común respecto al papel de los países asiáticos y europeos en nuestras economías. México se encamina a ser un centro de producción y manufactura binacional, con un mercado común de energía y enfocado a privilegiar las ventajas comunes ante otras regiones. Así, la agenda mexicana del presidente Obama tiene asuntos de fondo que son menos visibles en los medios como la explotación del gas, el petróleo y la generación de energía limpia, que por cierto, requiere de cambios constitucionales en México para hacer funcionar el mercado común de energía. El fomento y regulación de la inversión financiera que permita la llegada ordenada de capitales con certidumbre, y la atención a la burbuja de captación de recursos de inversiones institucionales provenientes de otras partes del mundo. Finalmente podemos anotar en esta agenda menos visible la construcción de los grandes proyectos productivos en las fronteras, ciudades y los puertos. El mayor crecimiento económico que se espera implica más negocios conjuntos y oportunidades, exige coordinar esfuerzos y medir los efectos sociales y económicos de las inversiones en energía, transporte y construcción, así como definir con claridad las condiciones preferentes para las empresas de la región. La novedad política de la visita fue el nuevo esquema de coordinación de las áreas de inteligencia de ambas naciones. México estableció un solo conducto para coordinar las actividades de las agencias en suelo nacional, lo que significa establecer un principio de orden que impida confusiones y permita controlar de mejor forma la información. En este caso, es natural que las agencias externas manifestaran su inquietud, que quedó manifiesta en las publicaciones del New York Times y el Washington Post, de días anteriores. Sin embrago en términos políticos será mucho más eficiente el establecer un solo punto de contacto para la información para la toma de decisiones. El nuevo entendimiento político supone asumir una posición de aliados en plano de igualdad cuidando los efectos de las asimetrías. Implica tener una nueva visión respecto a la migración que ahora se ha reducido dramáticamente por los efectos demográficos y los económicos. Darle una nueva dimensión a la colaboración en la seguridad de la región, para dejar de ver la coyuntura, crítica en algunas zonas del territorio nacional, para establecernos como jugadores en el mundo con intereses claros que defender dentro y fuera del país. Juntos México y Estados Unidos son más competitivos porque son complementarios en lo económico y son mejores aliados en lo político. La integración social es ya un hecho irreversible y la riqueza de nuestra cultura nuestro mayor patrimonio.

1 comentario:

oropezaneri@gmail.com dijo...

BUen análisis Mtro. Salomon,