sábado, 18 de mayo de 2013

La educación en Guadalajara

Nuestros niños y jóvenes pertenecen a una generación que nació en plena expansión de las herramientas digitales. Son parte de la era de abundancia notable de la información y el conocimiento. En contraparte, la mayor parte de los maestros son inmigrantes digitales. Hay una brecha en el desarrollo de las habilidades, entendemos de forma distinta la forma de acceso al conocimiento, la conciencia de nosotros mismos y la libertad que los pequeños adquieren por el acceso a los medios de comunicación electrónica. Las expectativas de los jóvenes son mucho mayores que las de los adultos de 40 años y más. El mundo para ellos es más accesible, su principal problema es saber donde encontrar el conocimiento en línea y como crear sus juicios, más que encontrar información. Viven en el mundo líquido del que habla Bauman. Ven un mundo en donde todo está interconectado. En el que las formas sociales que se asumían solidas se derriten junto con las fronteras. En el que el sentido del compromiso individual con las estructuras de poder se reduce, adquiere más fuerza el ciudadano, mientras el sentido de disfrute crece en la medida que se expande el ocio. Participan de un mundo donde la memorización es inútil y las habilidades para pensar y trabajar de forma global se generalizan. Ellos ven de otra forma las naciones y las culturas. Asumen que el mundo se ha aplanado, como decía Thomas Friedman, y que México se ha “americanizado” como una parte de un proceso natural de globalización. Nuestros maestros se enfrentan cada día con niños y jóvenes más complejos, informados, rebeldes y críticos. Y que bueno que sea así. Sin embrago, para que esa gran energía sea canalizada hacia la calidad, la excelencia, y el fortalecimiento de nuestros valores requiere que la sociedad respalde la superación profesional efectiva de sus maestros. La educación forma seres humanos, incluye necesariamente los valores morales que son referencia para el manejo de la libertad responsable. Hoy entre la familia, los profesores y la información abierta se forman estos criterios, y es el acceso en línea el que más parece influir en la conducta social y colectiva. Un joven tapatío se comporta cada vez en forma más parecida a un joven de Los Angeles, de Madrid, de Londres o incluso de Osaka. La diferencia está en dos grandes ámbitos: la productividad y la formación en los valores. La primera tiene parámetros globales, la segunda se debate entre la aceptación de la verdad única y la concepción sajona de la felicidad de la mayoría como eje para justificar el valor legítimo de las acciones. Aunque los maestros hacen esfuerzos heroicos cada día los resultados no son los que la sociedad reclama porque el sistema educativo ha fallado. Los limita y no permite su actualización eficiente en corto tiempo. No les estimula. Las instituciones públicas no les respaldan lo suficiente. La sociedad aun no les reconoce plenamente. Ahora, El estado mexicano está asumiendo que la educación debe traducirse en mayor productividad y para eso debe apoyar a los maestros. En una ciudad como esta no es aceptable que los profesores tengan que recurrir a dobles turnos, traslados irracionales y jornadas inhumanas para tener un ingreso digno. Estas son fallas de un sistema educativo agotado. El reto es participar en la creación de otro más productivo. Los profesores de Guadalajara deben ser una voz muy importante en ese sentido. Si queremos que en Guadalajara trabajen los mejores maestros, que aquí vivan y se desarrollen buscando lo mejor, hay que involucrarnos todos. Estamos en condición de hacer que en esta ciudad se generen los modelos de calidad con escuelas de tiempo completo, con profesores excelentes, mejor remunerados, respaldados por mecanismos de fomento a la ciencia y al arte. En Guadalajara, contamos con infraestructura material educativa, con escuelas normales, con centros universitarios, con un buen índice de conectividad en internet, con experiencia centenaria en la docencia, y sobre todo, contamos con los que deben ser los mejores maestros de México, los maestros de Guadalajara. Es tiempo de trabajar enfocados todos al respaldo de la persona esencial en la educación: el maestro. Es hora de dejar de lado el asistencialismo caritativo, que se enfoca en aspectos materiales muchas veces estériles. El mejor apoyo es el que dota de herramientas para saber y trabajar. Los materiales para los alumnos deben ser herramientas pertinentes, más que simples cuadernos y bolígrafos. Ahora la habilidad para alfabetizar no es suficiente, hoy es importante habilitar a los chicos para pensar, siempre vinculados a los sistemas electrónicos. Aunque hay más de treinta mil analfabetas y muchos miles más de analfabetas digitales, tenemos todo para que nuestros maestros sean los mejores de México y hacer de la práctica docente de esta ciudad un ejemplo. Eso hará que los mejores alumnos quieran venir aquí. Que las familias prefieran vivir aquí y que las autoridades federales le den el lugar que corresponde a la ciudad. Las reformas en la educación no las hacen las leyes, sino los profesores. Hay que confiar en ellos como educadores auténticos, que tengan un nivel cultural bastante alto, que sean honestos y ganen un sueldo digno de la gran función que se les encomienda; de tal manera que nadie, llámese Estado, municipio o sociedad, les afecte su dignidad. Muy pronto las aulas tendrán otra dimensión. La formación digital permite el acceso a conocimientos de más calidad de forma inmediata. Serán más virtuales y menos presenciales. Los maestros más guías que orientan criterios y menos difusores de conocimientos. Hay que propiciar y acelerar este cambio para colocar a Guadalajara a la vanguardia de la reforma educativa.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Desafortunadamente hablas como buen político ergo, es un discurso para los que ignoran la realidad. Eso que hablas, afirmas, propones y explicas son solo falacias. Tal vez pudiera aplicarse a los alumnos de las instituciones privadas, como evidentemente lo demostraron los chicos de la Ibero al darse cuenta de que no es posible tanta ignorancia y por eso, rechazaron (y aún rechazan a pesar de tantos reveses, a EPN. Y debes reconocerlo. Un estudiante de las escuelas oficiales, por muy tiempos cibernéticos que vivan, estarán con conductas tan espléndidas como las que vislumbras. Lo siento, pero no tienes una clara visión de la realidad, como la tenemos los que nos dedicamos con conocimiento de causa, a la verdadera Educación: la que abre la mente a tanta porquería como la que hicieron ustedes en las últimas elecciones tanto federales como estatales.