sábado, 6 de abril de 2013

Peña Nieto en coexistencia combativa en China

La relación de México con China es estratégica para nuestro futuro. La nación oriental es cuna de la más antigua civilización viva, que se considera a sí misma como el centro del mundo. Se asume como superior a las demás naciones al asumir una dimensión distinta del tiempo y del espacio. En contraste, México es cuna de una tradición cultural relativamente nueva que emerge aliada con el adversario ideológico y socio comercial de los Chinos: los Estados Unidos. Las visiones culturales entre ambas naciones son por definición distantes, por lo que el punto de interés se centra en la coyuntura económica y política, pero con dos visiones una de muy largo aliento, y la nuestra centrada en la practicidad. El Presidente Peña lleva en su carpeta datos claros sobre estas circunstancias: en el 2012, México exportó productos a China por 5,721 millones de dólares y, compró 56,936 millones de dólares. El déficit comercial de México con China ha crecido desde 1995 cuando registró una cifra negativa de sólo 305 millones de dólares en 1995 hasta llegar a 51,215 millones, el año pasado, el más abultado de todo nuestro comercio exterior. México no puede aceptar tal asimetría, así que dada la política de apertura, no queda sino incrementar las exportaciones, lo que explica el anuncio de ventas de petróleo y la regulación de importaciones. Pero además México busca incrementar la inversión china en la industria y al mismo tiempo acordar políticas de cara a los acuerdos comerciales de la cuenca del Pacífico. Con los chinos es indispensable tomar en cuenta su visión competitiva basada en el conocimiento de la condición humana que se puede encontrar en las palabras de Sun Tzu en el Arte de la Guerra: “la superioridad definitiva no estriba en ganar cada una de las batallas, sino en derrotar al enemigo sin luchar siquiera. La forma más elevada de la guerra es el ataque a la estrategia (del enemigo) en sí; la siguiente el ataque a sus alianzas…. Simular incapacidad; cuando se despliegan las tropas aparentar que no hay movimiento. Cuando se está cerca, aparentar que se está lejos; cuando se está lejos, aparentar que se está cerca” Luego del descuido en que se dejó la relación con China en los últimos años, la visita de Peña Nieto resulta un movimiento estratégico ante la nación que junto con los Estados Unidos reclama su trascendencia universal por sus valores. China es el competidor estratégico más importante de la industria mexicana, fuente de contrabando y al mismo tiempo un mercado inmenso al que muy pocas empresas mexicanas se han atrevido a tocar. Estar cerca de China es clave para el futuro. De dónde el incremento y alcance la relación es un objetivo, pero no hay que dejar de ver que al fin de cuentas vivimos una guerra comercial con ellos en la que se disputa el acceso al mercado de nuestros vecinos del Norte. Para los chinos el arte participar en el mundo global es el talento de coexistir con el enemigo en una especie de lo que Kissinger llamaba la coexistencia combativa. Esa es la misión del Presidente allá.

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