sábado, 20 de abril de 2013

La masacre de Boston nos afecta

Los efectos de la investigación del cobarde asesinato de inocentes en Boston llegará hasta México. La activación de mayores controles contra el terrorismo afectará fronteras y compatriotas. Si se llega a concluir que se trató de una acción concertada contra los Estados Unidos seguramente se endurecerán las medidas de seguridad interior, cambiará la forma en que se organizan muchos eventos con asistencia masiva de público, y la seguridad volverá a ser la prioridad en los presupuestos y la política interior de allá. Al ver al Presidente Obama en el salón de situación, es un signo de la importancia que el evento de Boston tiene para el futuro inmediato de nuestros vecinos. Es muy pronto para saber de las consecuencias económicas que se produzcan, pero de entrada es claro que para México una reactivación de la lucha contra el terrorismo supondría una postergación de la reforma migratoria que tan conveniente resulta para los mexicanos residentes en Estados Unidos, y para sus familias en México; dado que se propone legalizar a más de once millones de residentes. También es previsible que si se trata de un acto terrorista organizado por Chechenos para impulsar proyectos políticos, las relaciones diplomáticas y económicas con las naciones del entorno ruso se pueden ver afectadas, y con ellas el intercambio comercial global. Dos ollas de presión caseras repletas de explosivos, perdigones, clavos y metralla han llegado al corazón de Washington y a la cabeza del gobierno de Barack Obama; también han golpeado indirectamente los intereses de México. Pero sobre todo a los intereses de la vida civil en libertad. Es un golpe que cambia la agenda de gobierno y pone en alerta, otra vez, a las comunidades. Es otro impacto más a la forma de vida occidental, otro hecho que impulsa la fuerza de la actuación de la autoridad para brindar seguridad. En realidad estos hechos también lastiman el ámbito de libertad personal en nuestros países. Desde aquel 11 de septiembre, muchas libertades se han limitado y muchos son los cambios en nuestra forma de vida. Como en Estados Unidos, los cuerpos de seguridad interna se han fortalecido. Allá con un estado de derecho mucho más sólido, aquí en lucha contra la impunidad que erosiona sin cesar a las instituciones públicas. Este puede ser un nuevo capítulo de esa zaga de terror que presencian las personas atadas a los medios de comunicación que transmiten en tiempo real, el temor que sale de Boston y llega a los confines de nuestra civilización. El miedo es el mayor enemigo de la libertad, el terror la aniquila. En México, peligrosamente hemos comenzado a acostumbrarnos a la violencia, a los crímenes en nuestro entorno y a aceptarlos como fatalidad. No dejemos que esas olas de miedo nos hagan aceptar que nuestro derecho a vivir plenos en libertad ni se limite, ni se perturbe. Por eso resulta tan importante seguir con cuidado todos los efectos políticos y sociales derivados de estos hechos tan lamentables.

No hay comentarios: