jueves, 17 de noviembre de 2011

Sobre el percance del helicóptero de la FAM

Resulta indignante que se pretenda adelantar que la causa de la caída del helicóptero de la Fuerza Aérea Mexicana se trató de un error del piloto. Las aeronaves poseen instrumentos de vuelo de gran calidad que advierten sobre descensos repentinos o sobre la aproximación a posibles obstáculos. Altímetros, radares y variómetros son algunos de estos instrumentos que permiten incluso la navegación sin visibilidad. Con la experiencia acreditada de los pilotos y la seguridad de los instrumentos resulta inverosímil que se pretenda que los instrumentos no funcionaran o que los pilotos ignoraran todas las alertas. Más si consideramos que el percance sucedió en un elevación que no es abrupta y que lo más probable es que los instrumentos advirtieran la altitud sobre el suelo y la cercanía de los cerros cercanos. Pero aun más extraño es que el piloto hubiese decidido adentrarse en una zona de densa niebla, cuando antes había precisamente tomado la decisión contraria al cambiar de ruta. Un piloto experimentado que conoce las rutas y que está respaldado por un instrumental de alta calidad decide de una forma casi suicida entrar en un banco de niebla sin instrumentos. Casi imposible de creer. Una nave de la flota de transportes presidenciales sin grabadora de vuelo. Con un piloto militar experimentado. Con instrumentos de vuelo de alta calidad, se adentra a volar a muy baja altura sobre una elevación suave y se estrella... Hay Mucho que aclarar.

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