lunes, 28 de noviembre de 2011

Entre la violencia y las letras

La violencia ha sido siempre una fuente de inspiración para la literatura. Desde las narraciones épicas de Homero, la lucha entre los hombres y la muerte han sido protagonistas en toda clase de historias. Las historias violentas y de terror pasaron de las palabras impresas a las pantallas cinematográficas con gran éxito. En una sociedad como la mexicana, que había vivido décadas de relativo control de la violencia, a partir de hace algunos años ha estallado una tormenta terrorífica de hechos que superan la más cruenta imaginación literaria. La fiesta de las letras impresas en el libro que inició ayer está enmarcada en esta vorágine, que lamentablemente llegó a Guadalajara con hechos que parecen una pesadilla. El terror que producen estos homicidios deben unir a todos los que tomen decisiones en la sociedad para defender la paz y las instituciones que la garantizan. El sacrificio de la vida de estos mexicanos debe producir acciones concretas que sacudan la conciencia de todos. Dejar pasar los días como si se tratara de una historia literaria que percibimos por las pantallas o las páginas impresas es irresponsable. Si la literatura es voz humana esencial. La violencia de hace días debe despertar un grito sonoro que diga ya basta. Un hasta aquí que suponga una labor de todos los factores de decisión para dejar de lado divisiones estériles y para usar la fuerza del estado de manera firme con el respaldo social. Las vidas cegadas injustamente nos obligan a actuar. Es ofensivo pensar que se trata de luchas entre grupos que nos son ajemos. Los muertos son mexicanos y por más delincuentes que pudieran ser son personas que no merecen ni el trato indigno ni la muerte certera. Mucho mas que dolemos de la violencia que leemos en historias de luchas y guerras, o vemos en películas llenas de escenas coloridas debemos impactarnos, indignarnos y movilizarnos para hacer que México salga cuanto antes de esta crisis de las instituciones de seguridad y justicia que tanto daño nos hace. Cada uno tiene una tarea en este sentido, y la más importate es tomar conciencia de la gravedad de las cosas y hablar con familiares y amigos para dejar claro que esta no es la vida normal que queremos los mexicanos. Que somos capaces de superar esta etapa y que hay que hacerlo ya. Si para eso hay que dejar de lado diferencias, hay que hacerlo. Si para eso hay que hacer sacrificios habrá que hacerlos. Lo único que no debemos hacer seguir como si nada pasara cuando en nuestra comunidad, los grupos de delincuentes han desafiado a la autoridad y nos han lastimado a todos.

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