sábado, 2 de julio de 2011

diputados indignos

Diputados indignos
Luis Salomón
Los diputados del Congreso del estado de Jalisco mostraron ser indignos para representar a los ciudadanos. Hace algunos días prefirieron ocultar la información relativa al ejercicio de los gastos del poder legislativo de la anterior y la actual legislatura. Al pretender dar carpetazo a la investigación respecto a la Auditoría Superior del estado, buscan que los ciudadanos no se enteren de asignaciones, traspasos, contratos, plazas y otros gastos que se distribuyeron y se distribuyen los diputados. Pretenden que los ciudadanos somos tontos y que el asunto pasará a segundo término, en una clara actitud cínica que comparten los representantes de los partidos políticos. Independientemente de la suerte de Auditor como funcionario, lo más importante es que se haga pública toda la información respecto a las asignaciones de dinero público que hicieron los representantes populares anteriores y actuales. Se trata de una simple cuestión de rendición de cuentas. Dicho claramente los diputados no quieren dar cuentas y pretenden dejan impunes acciones que pudieran ser hasta delictivas. Hay algo podrido en Dinamarca, decía Hamlet, y ahora podemos decir que Hay algo Podrido en el Congreso de Jalisco. Una entidad que se ha gastado todos los recursos presupuestales antes de terminar el ejercicio por el crecimiento en su gasto corriente. Un poder que sistemáticamente se niega a transparentar el destino del dinero público, como en el caso del anterior Secretario. Es un mal crónico que persiste primero con un congreso de mayoría panista ya ahora de mayoría priísta. Ha llegado la hora de que los diputados se den cuenta que tienen obligación de responder a la gente, antes que a las consignas de sus partidos. Si son ellos y sus dirigentes los que los obligan a ocultar información y comportarse como si carecieran de valor y criterio propios, que pena. Y si cada uno ha decidido convertirse en campeón de la opacidad, entonces da a pensar en una complicidad con quienes pudieron comportante indebidamente. El olor a podrido aumenta cuando nos damos cuenta que en el proceso están involucrados también los actores de las instituciones que deben ser revisadas por la auditoría superior del estado. Resulta ofensivo para el sentido común que se trate de tender un velo de opacidad a la institución que debiera ser la defensora de la transparencia de la información pública.
Vale la pena que los ciudadanos ejerzan su derecho a saber con precisión lo que pasa en el Congreso. Que soliciten información por todos los medios legales. Que exijan a sus diputados que les expliquen por qué aceptaron ser parte de está indignidad. Y que se exija a los partidos que expongan a los ciudadanos que fue lo que negociaron.

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