sábado, 18 de julio de 2015

La coyuntura económica de México

La situación económica de muchas naciones de América latina están ahora mismo sufriendo los efectos de la baja en los precios de las materias primas. Esto ha traído como consecuencia una constante devaluación de las monedas locales frente al dólar, que es la divisa de referencia en la región. En México la situación no es tan delicada como en Venezuela o Brasil en donde hay una franca recesión, aquí hay una desaceleración producto de la baja de ingresos petroleros y la baja en la actividad de algunas industrias. La inversión externa aun no crece lo suficiente para equilibrar los balances y las perspectivas luego del pobre resultado de la llamada ronda uno, que sometió a concurso la explotación petrolera para las empresas privadas, no es muy positiva para los próximos meses. Habrá que estar muy atentos en las próximas semanas a los anuncios de la Reserva Federal de los Estados Unidos que se prepara para subir las tasas de interés, lo que va a producir una venta de valores de muchas naciones para ir hacia los rendimientos en dólares. Para México significará una obligación de pago de valores por muchos millones de dólares que presionará seguramente el tipo de cambio, que ahora ya se sitúa en torno a los 16 pesos. Obligará además al Banco de México a subir las tasas de interés lo que impacta el costo del financiamiento que se otorga en nuestro país, con la correspondiente presión que desacelera la economía. Los motores que impulsan ahora mismo: los ingresos petroleros, que han caído más de 45% anual, la actividad industrial exportadora que está en pleno desarrollo, los ingresos del turismo que crecen, pero solo para recuperar niveles de años anteriores, las remesas del exterior que también crecen pero para recuperar terreno perdido, y el mercado interno que se mantiene contenido. Con esa perspectiva es claro que la consolidación del consumo interno mediante medidas que permitan que la población compre más en menos tiempo son la clave para mitigar los efectos de una verdadera turbulencia anunciada. Seguramente las autoridades están baranda algunas medidas para hacer frente a las consecuencias del aumento de las tasas de interés y una de ellas es estimular mediante ofertas concretas el uso del crédito y la mejora de los ingresos salariales y las prestaciones de los trabajadores. Por otra parte si el tipo de cambio sigue cayendo frente al dólar, no pasará mucho tiempo para que notemos un aumento de precios de muchas mercancías que son importadas o tienen componentes traídos del exterior. Previendo estos efectos el gobierno federal de forma responsable ha planteado un ajuste presupuestal profundo a partir de una nueva base, lo que significa en resumen un recorte al gasto público que se ejercerá a partir del año próximo, que se suma a los anunciados en meses anteriores. Así las cosas la perspectiva es de una desaceleración aun mayor del crecimiento, un tipo de cambio que puede llegar hasta los 17 pesos, un aumento de precios internos, crecimiento exportador y del turismo, y una salida de recursos invertidos en México por parte de inversionistas institucionales. Por eso ahora como nunca la solución está en mirar hacia dentro y fortalecer nuestro mercado interno. Es el tiempo de revisar algunas medidas laborales, de salarios y seguridad social que liberen recursos para las familias.

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