domingo, 28 de mayo de 2017

Negociación turbulenta

Ildefonso Guajardo ha usado una imagen para describir el periodo de negociación del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá: una montaña rusa. Aunque la agenda puntual no se conocerá hasta dentro de algunas semanas luego de las consultas internas que haga el Congreso de nuestros vecinos, se puede adelantar que los temas más complejos para México podrían ser: 1. Reglas de origen, para acordar porcentajes mayores de integración en la región norteamericana. Aquí los cambios pueden afectar al sector manufacturero en el ramo automotriz, y electrónico, pero puede beneficiar a pequeñas y medianas empresas. 2. Nivelación salarial. La presión para que México tenga un sistema de salarios mínimos acorde con la realidad será uno de los asuntos más delicados por las implicaciones políticas, y el impacto que un cambio brusco puede tener en la inflación. Ya se adelantan voces internas para proponer un alza al salario mínimo antes de los acuerdos, lo que puede distender las posiciones. 3. Reglas en comercio electrónico, para establecer una zona de libre intercambio en la región, lo que puede dejar de lado a los competidores del e commerce local, ante el poder de los grandes operadores logísticos como Amazon. 4. Las reglas para el intercambio y explotación energética integrada. Este tema es especialmente delicado porque se trataría de integrar al Tratado parte de las normas operativas producto de la Reforma Energética y blindar su aplicación plena por medio de la suscripción de un tratado internacional, con el mayor rango normativo de acuerdo a nuestra Constitución. Esto ante las amenazas de algunos candidatos de revertir las reformas se puede convertir en un asunto de alto impacto político. 5. Las reglas en materia agropecuaria, que significa revisar las condiciones en un sector que ha cobrado importancia en los últimos años y que se convierte en factor esencial del empleo. 6. Las reglas para el transporte que puede implicar reforzar las normas de seguridad en carreteras, ferrocarriles y puertos para permitir la operación de empresas de las tres naciones en condiciones similares. 7. Las regulaciones ambientales, que se convierten también, según algunos, en ventajas para México al tener normas mucho más laxas en ciertos sectores. 8. La seguridad para las mercancías en las fronteras, que se convierte en un tema esencial por las condiciones críticas que viven ciudades como Reynosa y Nuevo Laredo. Con una agenda como ésta y en pleno desarrollo del proceso electoral para la elección de 2018, es claro que los temas estarán en la punta de la agenda informativa y política interna nuestra. Por otra parte si consideramos que parte esencial de las tácticas de negociación que ha mostrado Trump, es ser impredecible, es probable que en medio del proceso se introduzcan asuntos para hacer presión. Y más aún si tomamos en cuenta el proceso de investigaciones que cercan a la Casa Blanca, se hace probable un escenario muy volátil en los próximos meses. La posición que tomen de inicio los partidos y los candidatos también puede afectar la estrategia y la fuerza con la que se siente a negociar el equipo mexicano. El calendario parece claro: las consultas darán una agenda puntual hacia julio, en agosto inicia la negociación, los acuerdos por sectores pueden esperarse, en el mejor de los casos hacia diciembre, una aprobación sería posible entonces y pasaría a los congresos de los tres países digamos, en el mejor de los casos hacia enero o febrero de año próximo para ser aprobados en Marzo. Es decir en plena campaña electoral por la Presidencia. La posibilidad de dejar la aprobación al próximo Congreso, producto de la elección, resulta por demás delicado, porque no habría la certeza de que se aprobara, lo que podría convertirse en un asunto de consecuencias económicas fatales. Por eso Luis Videgaray tiene claro que para México la prioridad es tener aprobado el Tratado lo antes posible.

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