sábado, 3 de junio de 2017

Make America Mexico Again/Make Mexicans United

Como cada viernes, al caer el sol, llegó mi amigo andando alegremente a la terraza de siempre, pero ese día iba ataviado con una gorra roja bordada con una frase en blanco: Make America Mexico Again. Pidió una cerveza, como cada semana, pero ese día se convirtió en la sensación del lugar, todo mundo tuvo que ver con su decisión de ser un manifiesto viviente del rechazo a las políticas anti mexicanas de Trump. Pasaron de las sonrisas a solas, a las fotografías y la difusión en redes sociales. Las páginas que promueven el orgullo de ser mexicano se llenaron de referencias al atuendo y en unos días aparecieron, camisas y otros objetos. Pasó como una ola más que azotó un acantilado, con la fuerza de llamar a la conciencia. Casi dos meses después en el mismo sitio, ya sin la gorra, la conversación llegó al personaje de moda en Europa Emmanuel Macron. Era otra vez viernes y ahora la televisión instalada en el muro rústico de la terraza ponía en la pantalla la frase usada por el nuevo Presidente de Francia para responder la decisión del presidente de Estados Unidos de abandonar el acuerdo de Paris respecto al cambio climático, Make Our Planet Great Again. Habrá que hacer otras gorras, dijo jocosamente mi amigo. Ahora era Macron quién se convirtió en el manifiesto viviente de la resistencia al nacionalismo primario, y quién asumía un liderazgo gracias al vacío creado tras la espalda de Trump. Los desplantes políticos que han sembrado la discordia en el país vecino, cada vez más la dispersan en otras partes del mundo. La amenaza de construir un muro es en sí misma una aberración despreciable dirigida a agitar el miedo que engendra odios raciales inaceptables. El proceso de empoderamiento radical se acrecienta en el gobierno vecino y se convierte en un desafío continuo para todos, pero especialmente para México. En esta discordia provocada probablemente hará surgir nuevas propuestas de alianzas políticas y económicas. Así como Macron, los chinos y los rusos están prestos a asumir nuevos roles protagónicos y especialmente Angela Merkel, quién visitará México en los próximos días, se convierte en un referente de valor ante la siembra deliberada de la discordia como estrategia política. Los acontecimientos internacionales se habrán de mezclar con los procesos electorales internos, para provocar una situación inédita. Una combinación entre el enorme desgaste interno del gobierno, el enojo con las provocaciones externas del gobierno norteamericano, la necesidad de negociar inteligentemente y el imperativo de jugar un papel más activo en la región y en el mundo. Todo ello con el riesgo de un deterioro económico. La realidad política de México entra a la etapa de las definiciones de cara a la elección del 2018 a partir de este lunes, y al mismo tiempo se llega la hora de la verdad en las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de America del Norte. Lo que es una realidad es que la fuerza de las olas azotando el acantilado es necesaria para hacer conciencia de que ante la discordia provocada, la defensa de los intereses de México debe ser asumida con cada vez más fuerza, derivada de muchos mexicanos que se conviertan en manifiestos vivientes que defienden la dignidad, la libertad y el orgullo de ser mas fuertes juntos. Quizá en el futuro llegue otra vez mi amigo alegremente con otra gorra bordada que diga Make Mexicans United, pida otra cerveza fría y haga que se multiplique la conciencia de saber que la mejor forma de resistir es actuar aquí y allá como las olas del mar, con fuerza persistente.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Prueba