sábado, 18 de junio de 2016

La importancia del BREXIT

El 23 de junio los ciudadanos de Gran Bretaña votarán para decidir si siguen en la Union Europea, en un referéndum al que popularmente se ha llamado Brexit. Aunque Gran Bretaña supone apenas el 2.4% del PIB Global, el impacto en el mundo por la incertidumbre del resultado es mayúsculo. Incluso a México ya le ha afectado la volatilidad financiera producto de la percepción de riesgo. El referéndum es un pulso al populismo que pretende capitalizar la indignación y el descontento respecto a la clase política tradicional inglesa. Además, es una elección extraordinaria porque no se trata de calificar un gobierno o substituirlo, sino que supone una decisión de Estado, encaminada a ser permanente. El populismo de la derecha del Reino Unido encuentra paralelismos en muchas partes del mundo donde se apela a los votantes menos educados aparentemente afectados por la ineficacia de la actuación pública. El perfil de los votantes a favor del Brexit, es parecido al de los de Trump en Estados Unidos o a los del Frente Nacional en Francia. El hartazgo de grandes grupos sociales los hace extremadamente sensibles a mensajes ofensivos, que, por ejemplo, llaman a segregar a los inmigrantes, porque quitan oportunidades; de esencia nacionalista que evocan la paz y la seguridad; o mensajes de limpieza contra la corrupción y la enorme burocracia. Aunque las encuestas más recientes apuntan a un empate, es posible un triunfo de la opción de dejar la UE impulsada por el voto de estos grupos inconformes. Como sucedió en Estados Unidos o en Francia es también muy significativo que las campañas llamando a lo razonable han sido dobladas por un populismo basado en bravatas vacías pero aparentemente eficaces. La votación será una prueba del avance real de este movimiento populista contra el establishment. Los analistas, sin embrago, son optimistas y piensan que al final ganará la cordura. Los mercados apuestan a una derrota del Brexit, confiados en la sabiduría de la opinión pública inglesa, tan tradicional y flemática. Pero un triunfo del Brexit mostraría que la complacencia con el populismo es un error y se amplificarían los efectos en otras naciones que viven estas revueltas contra sus establecimientos políticos. Y esto si tendría enormes consecuencias económicas porque las compañías y los inversionistas cambiarían sus decisiones para alejarse de riesgos de cambios bruscos, como el Brexit. Las insurgencias populistas de Europa y Estados Unidos tomarían más fuerza, y poco a poco se extenderían a naciones emergentes en donde crece la indignación ante la falta de resultados, los escándalos políticos y la debilidad institucional. No olvidemos que la censura al gobierno ha sido la constante en los procesos políticos en Brasil, Argentina, Venezuela, Perú y México. Por eso el pulso del Brexit puede convertirse en un catalizador; que ahora causa preocupación a los actores financieros y políticos globales. Un signo preocupante es el odio que estos movimientos siembran en la sociedad. La violencia inadmisible que provocó la muerte de la representante Jo Cox, como los crímenes de Orlando y los de Francia en los últimos días alimentan la indignación, pero también refuerzan algunos mensajes extremistas. La prueba del Brexit es mucho más que un asunto interno del Reino Unido, el mundo sigue con atención un proceso con grandes consecuencias económicas en ambos lados del Atlántico. Ahora las comunicaciones en línea permiten la transmisión de los sentimientos de indignación, solidaridad, miedo y odio con mucha rapidez sin parar en fronteras ni culturas. Este contagio se vuelve un factor externo determinante en las decisiones nacionales y locales. Como la migración y la burocracia de Bruselas se volvió el tema de la campaña del Brexit, y los mexicanos en la campaña de Trump o el islam en la de Francia, los asuntos externos son factores que pueden llamar a la división y al odio. Mas allá del resultado del referéndum, la alerta por el rápido crecimiento del populismo insurgente es una advertencia para los estados democráticos.

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