sábado, 18 de octubre de 2014

Ébola para rato

Es muy poco frecuente que temas relacionados con la ciencia se conviertan en parte de la agenda informativa de los medios de comunicación. Pero casos como la expansión de una enfermedad produce una amplia reacción que incluye el miedo que activa una necesidad de informarse de lo que realmente sucede. Este es el caso de la epidemia producida en Sierra Leona y Guinea que se ha expandido a otras naciones de África occidental. El temor se ha extendido desde el contagio de trabajadores sanitarios de España y luego de Estados Unidos. El desarrollo de los hechos ha puesto de manifiesto la errática actuación de la Organización Mundial de la Salud en el asunto, al grado que esta misma institución ha reconocido sus fallas públicamente. El tema ha seguido en ascenso en la agenda informativa de los Estados Unidos a partir del fallecimiento de una de las personas contagiadas y ha llegado ala agenda del propio presidente Obama que se ha visto obligado a nombrar un comisionado especial para atender el tema. Ante eso la opinión pública se mantiene cada vez más expectante y ávida de información confiable, y los gobiernos comienzan a tomar medidas preventivas. Se han iniciado revisiones en los aeropuertos de Nueva York y Paris mientras nuestro país ha informado que se están tomado medidas en algunos hospitales para capacitar personal médico y enfermeras para atender posibles casos, y se revisan protocolos para estos casos. Más aun, se impidió que un crucero con un caso sospechoso a bordo atracara en Cozumel y la embarcación se dirige a Texas. Las autoridades del centro de enfermedades de Atlanta han explicado que se espera un crecimiento en el número de casos y decesos desde ahora y hasta el mes de diciembre cuando se espera una reducción de la incidencia para dar paso al control de la epidemia. Pero esto es previsible, según las autoridades sanitarias de la OMS, si no se generan nuevos polos de expansión y contagio en otras regiones del mundo. Por eso resultan tan llamativos e importantes los casos registrados en Dallas y Madrid. La noticia de un nuevo caso fuera de África y de posibles contagios del personal que atiende a los enfermos resulta muy relevante para acotar la posibilidad de que la inercia hacia el control se rompiera. Estos casos en Europa y Estados Unidos han puesto también de manifiesto la fragilidad de los sistemas sanitarios más desarrollados del mundo y que se creían suficientes para manejar este tipo de asuntos. Ahora queda claro que es necesario revisar y cambiar protocolos para actuar eficientemente. Hay quién piensa también que esto puede ser un exageración, pero lo que es verdad es que las autoridades sanitarias tienen la enorme responsabilidad de estar preparadas, incluyendo por supuesto las de nuestro país. Seguramente habrá mucha más tinta y tiempo aire que se produzca con este tema, será parte de la agenda en los próximos meses. Puede incluso saltar al ámbito electoral en Estados Unidos y convertirse en un asunto de debate. Tenemos bola para rato.

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