sábado, 26 de julio de 2014

Inaceptable muerte de inocentes en Medio Oriente

Más de mil personas han muerto en el conflicto entre Palestinos e Israelíes en los últimos días. De entre ellos hay 40 soldados de Israel y más de mil personas entre combatientes e inocentes civiles del lado de los palestinos. Las víctimas heridas superan los seis mil. Resulta inaceptable a estas alturas de nuestra civilización ver como los padres rescatan los cuerpos de niños muertos entre los escombros entre muestras de rabia y tristeza que alimentan el rencor. Ambas partes han alimentado un conflicto que parece eterno en una escalada, cuya ultima etapa parte desde el asesinato de Isaac Rabin por unos fanáticos judíos, y, unos años después, el comienzo de la decadencia del laborismo israelí partidario de la paz, cuando se abrió una época de guerra y de provocaciones, alimentada por la reacción integrista de Hamás, y sobre todo, sostenida por EE UU y la Unión Europea. El esfuerzo por la paz se ha diluido para dejar ver otra vez el rostro de los enemigos irreconciliables: los hombres más conservadores de Israel y los integristas de Hamas. Ahora lo que vemos en estos días en una vergüenza para la civilización occidental, una muestra de la incapacidad de los órganos internacionales supuestamente encargados de asegurar la paz. Una muestra más del imperio de los criterios políticos por encima de la ley, de la dignidad, de la vida, de la razón. Cuando el mayor logro anunciado por la diplomacia es lograr un alto al fuego humanitario que solo sirve para recoger cadáveres y rescatar heridos mientras se pertrechan y defienden las partes queda de manifiesto el imperio de la sinrazón. Parece un contrasentido que en aquellas tierras germinaran las tres religiones monoteístas más importantes, que ahí se fundiera la tradición griega para crear los cimientos de occidente. Qué allí se pregonara la furia de Dios y el amor al prójimo. Y que ahí mismo se matara en nombre de él. Y que luego de miles de años de tradición, de reflexión, de miedo y lucha por ser congruentes, por ser fieles, por ser plenos, los hombres lleguemos a la barbarie más primaria ante los ojos del mundo que observa atónito, y ante la mirada tolerante de quienes toman decisiones políticas y militares al mas alto nivel en el mundo. Ambas partes en conflicto son responsables de llegar a este punto y ambos deben ser obligados a detener las hostilidades. Aun no se sabe cuantos inocentes han muertos y cuantos heridos mantendrán el terror en sus vidas de ahora en adelante, pero lo que si queda claro es que cuando se tolera una escalada de acumulación de armas y odio en grupos radicales y estos logran tomar decisiones en nombre de todos se producen estos episodios de sangre, fuego que exponen la brutalidad humana sometida por los malos sentimientos. Al funde cuentas matar niños inocentes alegando cualquier razón resulta un crimen inaceptable. No hay valor que lo justifique ni ley que deba tolerarlo.

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