sábado, 18 de agosto de 2012

Por qué reformas?

La economía de México puede ser fuerte, pero no lo es. Para consolidarse requiere que la hacienda pública se fortalezca, o dicho de otra forma que se paguen más impuestos y se gaste de mejor manera el dinero público. El petróleo aporta un tercio de todos los ingresos de la federación con una perspectiva decreciente de la producción. Por tanto es necesario encontrar fuentes de ingresos sólidos y por eso de plantea una reforma fiscal que incremente los ingresos del IVA y otros impuestos y reduzca la dependencia petrolera. La recaudación de los estados y municipios es realmente muy baja y hace dependiente su funcionamiento de las transferencias federales, por lo que es necesario que las entidades y los ayuntamientos establezcan sistemas tributarios mas eficientes lo que significa que deben elevar los impuestos y cobros para tener ingresos propios que les permitan mantener servicios públicos eficientes. Los privilegios fiscales derivados de tasas reducidas y exenciones ha producido enormes asimetrías que deben corregidas porque inciden en falta de competencia real en sectores como las telecomunicaciones, cemento, algunos alimentos y otros sectores que requieren detonar su crecimiento. Pemex requiere de enormes inversiones que no puede hacer ahora porque su papel central es proveer de recursos al gobierno federal; ha dejado de ser empresa eficiente para ser extractora de recursos lo que la ha convertido en altamente ineficiente, por eso es necesario reformar las normas que rigen su funcionamiento para impulsarla como una gran empresa global, eficiente que genere valor y compita en el mundo de la gestión de la energía en beneficio de México. El gobierno gasta de forma muy ineficiente sus recursos dejando espacio a la corrupción y prácticas opacas que hacen que las obras y servicios públicas se paguen a precios muy superiores a los que se erogan en el sector privado. Por eso es necesario reformar los sistemas de transparencia y rendición de cuentas para alinear la competitividad en la forma de ejercer el gasto. En este sentido especial mención merece el sector de la seguridad social y la salud que es uno de los principales dolores de cabeza para los financieros y hacedores de políticas publicas, por si inviabilidad actual, por lo que es necesaria un reforma completa al sistema de salud que haga mas eficiente el gasto en medicinas, mantenimiento de hospitales y servicios de salud en general y permita rescatar al IMSS y al ISSSTE de la crisis financiera en la que se encuentran. Todas estas reformas, que debieron hacerse en los últimos años, son ahora impostergables, el nuevo gobierno tiene la obligación política y moral de impulsarlas porque el riesgo de postergarlas una vez más es incubar una crisis financiera que derribaría el nivel de vida de los mexicanos. Ahora que ha pasado la disputa electoral es necesario que la sociedad y los tomadores de decisiones pongamos atención y dedicación a la agenda más importante para México: fortalecer sus instituciones.

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