sábado, 17 de marzo de 2012

México contra Brasil

México y Brasil tienen suscrito el Acuerdo de Complementación Económica (ACE 55) que permite el intercambio comercial liberalizado. Desde 2001 hasta 2010 Brasil vendió más que México en el intercambio comercial. En 2011 México incrementa sus exportaciones logrando un superávit de mil cien millones de dólares y entonces Brasil decide renegociar el acuerdo comercial. La actitud causó sorpresa y molestia en México y se establecieron negociaciones con la participación de autoridades y la industria automotriz, responsable de la mayor parte de las exportaciones e importaciones entre ambas naciones. El resultado fue que México cedió ante la presión carioca y se estableció un parque al acuerdo comercial que impide que México incremente sus exportaciones de autos en un periodo de tres años, en los que Brasil buscará incrementar las suyas México. La actitud brasilera fue calificada por Bruno Ferrari, Secretario de Economía como “una pena para la región” quién afirmó que quedó mermada la confianza para un tratado comercial entre ambas naciones. El significado económico y político del diferendo es importante porque tensiona las relaciones diplomáticas y sobre todo cierra temporalmente la puerta a un tratado comercial más amplio. Habrá que esperar mucho más en este capítulo bilateral porque las diferencias pueden aun crecer si no se respetan los acuerdos tomados la semana pasada en la Ciudad de México y si otras áreas económicas se ven involucradas.
Para nuestro país el comercio exterior con Brasil es de menor escala comparado con el que tenemos con Estados Unidos y Canadá, pero es un mercado interesante para empresas mexicanas que se han establecido allá con inversiones importantes como Carso, Bimbo, América Movil, Gruma, Femsa y otras que están viendo con cuidado estos signos de proteccionismo. Otro aspecto sobre la mesa son los potenciales proyectos conjuntos de Pemex y Petrobras que a raíz de este diferendo parecen alejarse.
Será la próxima administración federal mexicana la que encare el nuevo rostro de la relación con Brasil. Pero hoy por hoy en este capítulo los brasileños se salieron con la suya y habrá que seguir cuidadosamente las medidas que tomen las autoridades en los próximos meses en ambas naciones. El primer signo es que México no retomará las pláticas suspendidas en diciembre pasado para firmar un tratado de libre comercio con Brasil. Porque para decirlo con las palabras oficiales “ resulta necesario que ambos países trabajen en reconstruir la confianza que se perdió en el sentido de que se cumplirán y respetarán los compromisos mutuos contraídos.”
No hay que olvidar que en le fondo ambas naciones compiten por el liderazgo comercial, industrial y político en la región latinoamericana, en la que los sudamericanos tienen ventaja, mientras que México con su integración con Estados Unidos y Canadá tiene también ventajas estratégicas. Dos gigantes que despiertan inician una disputa. Por lo pronto el calificativo de aquí parra allá es:

Brasil “es una pena para la región”, pero es una realidad que se tiene que enfrentar.

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