domingo, 14 de junio de 2015

Elecciones

México salió fortalecido del proceso electoral que está por culminar. La sociedad se expresó pacíficamente, el sistema electoral fue eficaz, la paz fue el común denominador en la inmensa mayoría de las casillas. Además se pusieron en práctica nuevas reglas que permitieron ordenar y abrir el proceso a candidatos independientes con resultados que muestran madurez cívica e institucional. A nivel nacional no hubo un ganador que avasallara con el resultado. De hecho la geografía política se volvió más un mosaico multicolor expresando la diversidad política con enfoque local que dominó en las campañas. De hecho los tres principales partidos perdieron votos, posiciones y respaldo social. Aunque pareciera que la mayoría relativa obtenida por el PRI significa una victoria completa, no lo es porque en realidad, si se observa con cuidado, el electorado en su mayoría expresó inconformidad y censura mediante el voto al gobierno. Tanto a nivel nacional como en los estados y municipios fueron muchos los espacios en los que el partido en el gobierno perdió la elección local, como en el caso de la zona metropolitana de Guadalajara. Una verdadera reforma política electoral está en marcha. Y no se trata de una cuestión cosmética sino de cambios estructurales muy significativos. Quizá el más llamativo en la posibilidad practica de que candidatos independientes se conviertan en ganadores, lo que significa un golpe sólido a la partidocracia con todo lo que ello significa. Sin embrago hay muchos más cambios en la operación electoral que son muy relevantes, entre ellos que se pueden ganar elecciones sin contar con una estructura sólida, pesada y costosa como quedo demostrado en Nuevo León, Cuernavaca, Culiacán y Zapopan. cayó también el mito de la eficacia de llamado voto duro de los partidos más fuertes, al abrirse un enorme segmento de volatilidad, lo que puede significar el principio del fin de muchas formas tradicionales de hacer política electoral. También cayó el mito de la eficacia de las campañas soportas en spots de televisión y radio, a manos de la enorme influencia de la información que corre por el Internet y las redes sociales. La nueva composición política es producto de una transformación político electoral. Ahora el Presidente Peña tiene la oportunidad de relanzar su gobierno respaldado en la mayoría en el Congreso de la Unión, pero en condiciones de mucha mayor fragilidad que las que tenía al inicio de la administración. Seguramente en su agenda está como una prioridad el fortalecimiento dele estado de derecho, lo que supondría más acciones para combatir la impunidad y por otro lado están los temas económicos para tratar de hacer crecer a mejor ritmo la economía. En el campo político ha iniciado la carrera presidencial que culminará con la elección de 2018 y por ello son previsibles cambios en el equipo de los gobiernos federal y de los estados con el fin de emprender el camino a una elección que pondrá a prueba a los grandes partidos y abrirá las puertas de nuevas formas de organización y acción política. Un saldo positivo del proceso, además de la paz y la civilidad es el desafío que lanzó la sociedad a la clase política para urgir por más innovación de cara el futuro.

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