domingo, 3 de noviembre de 2013

Espacio público

Los habitantes de las ciudades discurren su vida en espacios privados y públicos. Una parte esencial de las ciudades desde el surgimiento de la idea de la polis y la civitas es la conformación de espacios que permitan el desarrollo de los hombres libres. Las ciudades como la nuestra son concentraciones en las que se facilita la colaboración que saca lo mejor de los hombres, como lo afirma Edward Gleaser en su obra el Triunfo de las Ciudades. El intenso intercambio entre personas potencia el conocimiento y ese contacto intenso entre nosotros nos humaniza. Aun la exposición a las partes más violentas y negativas nos hace tomar una mayor conciencia moral. Por eso son tan importantes las normas que regulan la vida en las ciudad, y entre ellas una de las más importante es la que decide como usar los espacios privados y los públicos. Guadalajara como todas las ciudades de su tipo requieren actualizar el marco normativo para mejorar el uso y aprovechamiento del espacio público. Las actividades que se realizan en las calles, plazas públicas, banquetas, parques, mercados e instalaciones de servicio necesitan regularse para que su uso beneficie potencialmente a todos de una forma equitativa. El acceso al espacio público, el derecho a la movilidad ahora se enfrentan en ocasiones con manifestaciones, marchas, vendedores, conciertos, exposiciones y una amplia gama de actividades. La necesidad de dotar de actividades de esparcimiento que fomenten la convivencia y generen una mayor exposición de los habitantes al arte y a la cultura es un factor muy importante para impulsar soluciones creativas que potencien el uso inteligente y sustentable de estos espacios. La calidad de los espacios públicos y su disfrute por los habitantes es un indicador de desarrollo. En Guadalajara se estudia un nuevo modelo para regular el uso y aprovechamiento del espacio público unificando criterios que permitan hacer mucho más eficaz el desarrollo de actividades de sentido social y se regule de mejor forma la realización de actividades comerciales, así como se hagan mucho más ágiles los mecanismos para regular usos extraordinarios como el caso de romerías, ferias, eventos deportivos y hasta festejos o protestas públicas. Lo importante en un planteamiento de este tipo es que las normas garanticen en todo momento el respeto a la dignidad de todas las personas y permitan que los espacios públicos se disfruten de forma más abierta por cada vez más habitantes. Tenemos ejemplos muy positivos en nuestra ciudad de eventos y acciones en las que los ciudadanos se apropian del espacio público para realizar acciones de valor comunitario como la Via Recreactiva o los paseos en bicicleta. Los esfuerzos normativos que ahora se estudian deben considerar en todo momento el fomento de expresiones como estas y regular con rigor los usos que restringen la movilidad o permiten la explotación comercial inequitativa, o que fomentan la inseguridad. Vamos a proponer mejores prácticas de fomento para que todos al apropiarnos del espacio público lo cuidemos para el disfute de todos.

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