martes, 19 de mayo de 2009

Redefinición de la industria de la información

La divulgación de la información impresa inicia en Europa hace mas de cinco siglos, cuando surgieron impresos hechos a mano, distribuidos por comerciantes que referían eventos militares, sociales, económicos. En Alemania nació la primera publicación con historias sensacionales y que se entregaba periódicamente y luego en Estados Unidos apareció el primer diario denominado Publick Occurrences, Both Foreign and Domestick, el 25 de septiembre del año 1690; catorce años después John Campbell, un vendedor de libros se convierte en el editor de el Boston News-Letter, cuyo número inicial ve la luz el 24 de abril de 1704, fecha en la que aparece el primer anuncio impreso, con lo que arranca la historia de una industria que ahora vive una apasionante transformación. Desde entonces, la civilización occidental ha contado con un instrumento de información que crea corrientes de opinión pública, que, a la postre son pilares de la democracia y del liberalismo económico. Las grandes ciudades han contado con grandes diarios primero, y luego emisores de radio y televisión que mezclan la actividad empresarial con el ejercicio del poder de la comunicación.
Ahora en cambio, algunas de las grandes ciudades están quedándose sin grandes diarios impresos, pero cuentan una gran industria de creación de opinión, mediante la información que primero brindó la radio, luego la televisión y ahora la Internet. San Francisco lucha por evitar el cierre del Chronicle, Boston llora por el Globe , en Inglaterra han cerrado más de 80 periódicos regionales desde enero de 2008 y seguramente la lista crecerá. La industria se transforma desde la plataforma impresa hacia la digital, desde el concepto diario hacia el on line, desde la definición de contenidos informativos hacia el análisis y la explicación. Este cambio genera enormes retos en el área comercial, dado que la zona de crecimiento en al lectura no produce ingresos suficientes: Internet no ha generado un mercado de anuncios lo suficientemente rentable para cambiar la plataforma, y por ende la diversificación en multimedia permite subsidiar la operación de la información en línea. Adicionalmente el peso de la creación de opinión que tenía la televisión, los diarios y la radio, está decreciendo ante el surgimiento de redes de información que generan su propio contenido. Para la política esto significa que los medios tienen ahora menos peso real que hace algunos pocos años, la elección de Barak Obama probó que estas redes independientes pueden pasar por encima de los medios tradicionales.
Los medios de comunicación impresos ya no informan sino que proponen temas para la discusión. Explican la realidad y orientan para elevar la calidad de las ideas que nutren al público. Por si esto fuera poco, la segmentación del mercado hace que los anuncios tradicionales se conviertan en un reto a la creatividad publicitaria. La publicidad interactiva que escucha al consumidor se abre paso día a día.
Esta realidad cotidiana en Europa y Estados Unidos está llegando a México, en donde el mercado de lectura es precario, y la reactividad emocional es aun el gran motor. Aun no vemos estos ejemplos de transformación como los que se dan en San José California con diarios en línea con altísima penetración, con el periodismo hiperlocal de Nueva York o Londres, o la penetración de las redes sociales y los blogs como conducto de información recomendada a gran escala. Pero el fenómeno ya llegó y ha puesto en alerta a la industria que seguramente responderá con creatividad a este momento de crecimiento, en la estrechez. Veremos una oferta apalancada en la tecnología y el servicio a las audiencias, que beneficiará a los lectores y consumidores, cuya calidad es comparable con parámetros internacionales, tanto en contenido como en diseño. A pesar de la crisis económica el proceso no se detiene, esto es lo que está detrás de los esfuerzos de Televisa por diversificarse, de grupos editoriales por entrar a la televisión o en el afán de crecer de empresas como las de R. Murdoch, que en lugar de salir, adquieren mas posiciones en la industria. Al fin de cuentas la sociedad necesita información asertiva, el desafío es quién se la da de mejor forma.

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