sábado, 18 de abril de 2015

Al sur

Mexico es la economía numero 13 del mundo por su tamaño, la 11 por su riqueza y la más abierta al intercambio comercial a nivel global. Con una población de 118 millones de personas residentes en México y más de 11 millones en Estados Unidos.Ahora está inmerso en un profundo programa de reformas estructurales que hace crujir la estructura económica y social de la nación. Enfrenta como reto fundamental el combate a la desigualdad social y la consolidación del estado de derecho. Su situación estratégica y el impulso económico y social lo encaminan a lograr indicadores de desarrollo en los siguientes 7 a diez años, y a fortalecer su implicación en la región más prospera y desarrollada del mundo: Norteamérica. El proceso de integración económica de la región norteamericana ha sido continuo y creciente desde hace treinta años, a tal grado que hoy la región sumados México, Estaos Unidos y Canadá constituyen la mayor zona de actividad económica y movilidad del planeta. Este proceso nos ha hecho alejarnos de la inercia tradicional de la región de América Latina. Poco a poco la lógica económica, social y aun política es mucho más norteamericana que latinoamericana en nuestro país. Ahora mismo es claro que mientras las economías del Sur del continente se paralizan, nosotros nos mantenemos con más vigor por la vinculación con el Norte. Esta situación de hecho ha replanteado el papel de nuestro país en el continente, ya que ahora mismo Brasil que es la nación más grande del Sur pretende un liderazgo regional. México es ahora más parte del Norte que del Sur; las relaciones con suramérica son cada vez más enfocadas al intercambio económico, pero aun así nuestro comercio para con esa zona representa menos del 15% del total. Y esto que el crecimiento del intercambio es constante. Somos una potencia comercial en el mundo y nuestra influencia hacia el Sur será cada vez mayor si hacemos crecer la presencia económica de empresas y productos mexicanos. Es natural que la tendencia acrecer nuestros mercados se enfoque hacia allá. Sin embrago las dificultades financieras y políticas han retrasado el proceso, como en el caso de las relaciones con Venezuela, Argentina y aun Brasil. Sin embrago nuestras relaciones con Chile, Colombia y Peru pasan por un momento de crecimiento en el intercambio comercial, turístico y social. Nuestras relaciones con los países hermanos del Sur estarán cada vez más marcadas por los intereses económicos y menos por afinidades políticas. Ha llegado la hora de replantear nuestra política exterior con América Latina y el Caribe para impulsar una nueva etapa caracterizada por el fomento a las inversiones mexicanas en el exterior, por el impulso a nuestras exportaciones y por el crecimiento del flujo de personas en la región. Es muy sano que muchos suramericanos vengan, visten, trabajen y vivan aquí y que muchos mexicanos vayan a aquellos lugares. También es deseable la llegada de empresas suramericanas a México lo que genera un mayor intercambio de capitales. En poco tiempo seguramente veremos el surgimiento de proyectos que involucren cada vez más intereses de varias naciones de la región.

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