domingo, 6 de noviembre de 2016

27 votos electorales

La elección del próximo martes se decidirá por la cantidad de votos electorales que en cada estado consigan los candidatos, demócrata y republicano. Las proyecciones de los estudios de opinión indican que los estados están ya definidos en mayoría, y que solo algunos por lo cerrado de la lucha serán clave para inclinar la balanza: Ohio con 18 votos, Florida con 29, Virginia con 13 y Pensilvania con 20. Es decir que que quién obtenga los votos electorales de la mayoría de estos estados ganará. Hay otros estados en disputa como Nevada y Colorado pero dado que tienen menos votos, 6 y 9 respectivamente, su peso en la decisión será menor. Hasta ahora hay un cierto consenso en los especialistas para otorgar cierta ventaja a Trump en Ohio y Nevada, un empate técnico en Florida y cierta ventaja para Clinton en Pensilvania, Virginia y Colorado. Con lo cual el resultado favorecería a la demócrata. Sin embrago la realidad electoral es distinta en cada estado y el voto de las minorías jugará un papel estratégico. El voto de la población de color se inclina en más de 85% para Clinton, y entre los hispanos la cifra es de 80%, sin embrago ambas minorías tradicionalmente participan poco: menos del 20% de los votantes potenciales hispanos ejercen su derecho y algo parecido sucede con la población afroamericana. Ahí el reto es la movilización para Clinton, mientras que para los republicanos la clave está en estimular a la población blanca de menos estudios y activar las pasiones para sacar el voto oculto que parece favorecerles. En el primer caso la maquinaria electoral es fundamental, y en eso tienen ventaja los demócratas mientras que en el segundo la agitación en los medios y redes sociales será fundamental. Si la participación se mantiene en los niveles históricos y el voto oculto se circunscribe a los segmentos conservadores será muy difícil obtener triunfos para Trump en los estados donde Hillary tiene ligera ventaja. Así que lo más probable es un triunfo por más de 27 votos electorales para Clinton, es decir 10% o más de ventaja en votos electorales, aunque el resultado en el voto popular será seguramente más estrecho, de entre 1% y 4%. Pero lo que resulta más importante es lo que sucederá con Trump y con los republicanos, si reconocen la derrota o no. Si mantienen el control del senado. Si seguirán pugnando por establecerle un proceso judicial a Clinton. Si tienen el poder suficiente para cuestionar desde el mismo día de la elección la calidad de candidata y son capaces de llevar con el FBI el caso a los tribunales. Por eso la elección de los senadores y representantes es fundamental para Hillary. Y en esa elección las cosas están muy cerradas, los estados clave son Florida, donde el republicano Rubio lleva ligera ventaja, Pensilvania con ventaja demócrata, Wisconsin en donde los azules parecen tener oportunidad de arrebatarles el escaño a los republicanos, y Nevada donde hay un empate. El resultado final proyectado por especialistas es una ventaja de un escaño para cualquiera de los dos partidos, con lo cual, mucho va a depender la actitud republicana del resultado de la elección en el senado. En el escenario con el senado con los demócratas la perspectiva de un gobierno estable es asequible, mientras que en el escenario de un control del senado por los republicanos, podríamos ver un cuestionamiento feroz desde el mismo martes, incluso con amenazas de más acciones judiciales para combatir el resultado. Luego de la campaña más virulenta y tecnificada de la que se tenga memoria, veremos la elección más cuestionada política y jurídicamente en la historia reciente de los Estados Unidos.