sábado, 8 de octubre de 2016

Trump bajo presión

Los periodistas del Washington Post se enteraban que Donald Trump no le permitiría al diario hacer la cobertura de su campaña, nunca imaginaron que sería el propio diario el que diera a conocer un video que ha colocado al candidato republicano en la posición más difícil de la campaña electoral. El video que contiene imágenes del año 2005 en las que aparece haciendo comentarios altamente lesivo respecto de las mujeres y su condición cuando están frente a una “estrella” del espectáculo, como él mismo se consideró, es el hecho que más le ha perjudicado. Al grado que su propio compañero de formula ha dicho que aun lo apoya pero que está molesto con él. Mientras que los líderes del partido y los miembros de los sectores más conservadores llegaron ayer a pedir formalmente que deje la candidatura. Este hecho es la punta de un iceberg que ha flotado por el océano republicano en donde hay un enorme fractura. Aunque ha salido a ofrecer una disculpa pública, ha replicado con Bill Clinton a quién acusa de haberle hecho comentarios mucho peores en el campo de golf. El video muestra la personalidad y las convicciones que Trump tiene respecto de las mujeres. La presión sobre el candidato ahora es enorme de cara al próximo debate. Aunque el mismo ha dicho que no declinará, los comentarios y las especulaciones crecen con fuerza, porque el movimiento que se opuso a la candidatura de Trump en su partido está tomando fuerza. Hay que considerar que hoy más cien líderes republicanos del país y en los estados han dicho que no respaldan a Trump y que no votarán por él. Esta cifra probablemente va a crecer luego de la difusión del video. Pero mas allá de que se mantenga en la carrera Trump está tocado por la vulgaridad y lo ofensivo que resulta verle. Es para muchos norteamericanos conservadores inimaginable ese grado de bajeza en la presidencia de su país. Así que este hecho está llamado a ser un punto de quiebre en la campaña y un argumento que puede aglutinar, ahora sí, el voto femenino en torno a Hillary Clinton. Lo atractivo del personaje que es capaz de ser políticamente incorrecto para proponer un cambio en en el establecimiento político, ha llegado al extremo contrato de recurrir a una conducta ofensiva que realmente penetra de forma transversal a todos los estratos sociales sin distinguir. Hay que considerar que para los criterios políticos de nuestros vecinos el respeto a los derechos personales es un tema de la mayor envergadura, y el hecho de que un candidato se presente prácticamente reconociendo como un abusivo de las mujeres, que aprovecha su condición para satisfacer sus deseos y se jacta de ello, lo coloca en una situación realmente delicada. Va a resultar realmente interesante observar el debate para ver hasta donde llega su capacidad elusiva para enfrentar esta que es la mayor crisis en la campaña. Para Hillary también es un monto clave porque le corresponde asumir una posición de respeto e integridad, lo que abre la puerta para que Trump cumpla sus amenazas de referirse a la vida privada de la pareja Clinton. Así que como nunca antes, el debate presidencial puede convertirse en una disputa de ataques personales. Es de llamar la atención que el comen denominador de la agenda coyuntural de la campaña ahora está centrado en el respeto a las mujeres, con una candidata luchando por llegar a ser la primera en convertirse en presidenta de los Estados Unidos. Si las cosas siguen así, Clinton va en caballo de hacienda.

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