sábado, 31 de agosto de 2013

Ataque a Siria

Todas las guerras plantean problemas éticos. Puede afirmarse que en nuestra civilización la violencia es moralmente condenable, pero también que es inherente a la humanidad. Eliminar la violencia ha sido objetivo de muchos proyectos intelectuales y aun políticos que han quedado en el capítulo de las utopías. Si la violencia entre los hombres es constante, también lo es la búsqueda de un orden que la controle mediante la autoridad. Este orden se expresa en normas a las que todos estamos obligados a cumplir. Las obedecemos porque existe un principio que las legitima y porque la autoridad tiene el monopolio de la fuerza que puede utilizar para hacer cumplir las normas aplicables y por ende legítimas. Aun en el caso de las guerras existen normas que establecen las reglas admisibles para un conflicto bélico. Entre ellas destaca la protección de la población civil y la regulación de las armas con las que se combate. En caso de que se violen estas normas que son en principio aceptadas por todas las naciones, se abre la puerta para que los responsables sean sujetos a un castigo. El problema ético y político es plantearse quién tiene derecho de imponerse, cuya respuesta tiene dos ámbitos: el ideal que se materializa en los organismos internacionales como la ONU, y el ámbito práctico respecto a quién tiene la capacidad militar y técnica para someter y castigar a los presuntos responsables de haber roto el orden. En el caso del ataque militar a Siria este es precisamente el centro del debate político, porque al existir pruebas del uso de armas como el letal gas sarín, que están proscritas en las normas de derecho internacional se justificaría que los organismos internacionales autorizaran el uso de la fuerza para someter y castigar a los responsables, pero la realidad muestra la debilidad y tardía reacción de la ONU, y por otra parte está la necesidad de contar con la capacidad militar para actuar que en términos prácticos solo la tienen los Estados Unidos, sobre todo por su armamento y tecnología especializada. Los Estados Unidos han expresado además, que la violación a estas normas es un asunto que les concierne y que estarían dispuestos a intervenir militarmente aun cuando no se cuente con el apoyo internacional, lo que debe interpretarse que habrá intervención aunque se mantenga la oposición rusa. Para compensar, al parecer se ha formado un grupo de apoyo formado por Francia, Turquía, Arabia Saudí y otras naciones que respaldan el castigo al gobierno sirio. Luego cabe la pregunta de quién paga el costo de la operación y la respuesta es clara: los países que intervienen. Luego seguiría como se compensaría a estos países este costo y entonces nos encontramos con la triste realidad de que será la nación siria la que tarde o temprano responda. Hasta ahora la humanidad no ha encontrado mejores mecanismos para conducir mediante normas las guerras y los conflictos, y la realidad es que quién tiene la capacidad militar puede estimular y disuadir conflictos militares y puede también castigar a nombre de la comunidad internacional y ser compensado por ello.

sábado, 24 de agosto de 2013

El límite a la libertad

El principal problema actual de México es hacer que se obedezcan las reglas, o dicho de otra forma, evitar que se haga trampa. Ante eso no parece haber una solución o receta que solucione el problema que parece convertirse en crónico. Todos los hombres, no solo los mexicanos queremos vernos libres de restricciones y al mismo tiempo reconocemos la necesidad de un orden. Esta una de las paradojas de nuestro tiempo, que se agudiza en la medida que las instituciones influyen en la vida personal. El Estado tiene la función de hacer cumplir un orden: el establecido en la Constitución. Que se convierte en la expresión máxima del bien público y una suerte de síntesis de la legalidad. Hacer cumplir la Constitución y las leyes es esencial para las instituciones públicas, pero la negativa de las autoridades de castigar, y castigar de manera efectiva, a aquellos que incumplen la ley, augura, la erosión del orden que observamos. En la sociedad actual esto sucede incluso cuando el gobierno responde de manera ideal a las demandas de los ciudadanos que se manifiestan en las calles para expresar inconformidades, y lo hacen precisamente violando la ley. Las manifestaciones de profesores en la Ciudad de México son una muestra de este dilema que está desgastando a las instituciones y que fomenta involuntariamente la percepción de impunidad que vivimos, lamentablemente, en el País. El privilegio de los acuerdos políticos que redundan en violaciones flagrantes a la ley es un camino muy peligroso. Cuando se acepta que las voluntades personales de líderes y representantes políticos pueden ponerse por encima de la Constitución, se abren los caminos del autoritarismo y se cierne en una verdadera amenaza a la libertad de las personas. Dañar a personas inocentes con el pretexto de expresar inconformidad y con ello manipular la agenda de los medios de comunicación para conseguir potenciar el impacto de un hecho es un acto de impunidad. La supuesta lucha de los profesores pide que se incumpla la Constitución y que se de marcha atrás a la evaluación continua que, por supuesto, deben tener tanto profesores como directivos. Las cosas han llegado a un punto en el que las autoridades deben elegir en este dilema: respetar las normas que protestaron cumplir o privilegiar acuerdos políticos que las vulneran. Sentar el precedente de optar por la negociación por encima de la ley lleva, tarde o temprano al camino de la erosión del poder público y abre las puertas del crecimiento de la impunidad. Los profesores que han dejado sin clases a sus alumnos no tienen derecho a dañar a los demás y mucho menos a cobrar su sueldo cuando no asisten a sus labores. Ha llegado la hora de que las autoridades actúen con determinación e instauren los procedimientos que permitan dejar de cubrir los salarios de los incumplidos. El límite a la libertad de la persona es el inicio del derecho de la otra persona que convive en sociedad y el estado debe asegurarse de que este límite se cumpla.

sábado, 17 de agosto de 2013

El Post en manos de Bezos

A sus 49 años de edad, un hombre adquirió la empresa periodística más notable de la capital de los Estados Unidos: el Washintong Post. Jeff Bezos no es un hombre cualquiera: fue un niño adoptado por su padrastro; un pequeño prodigio que fue considerado superdotado en toda su infancia. Un estudiante brillante de la Universidad de Princeton, en la que se graduó en ciencias informáticas en 1986. A partir de ahí comenzó una carrera empresarial meteórica que le llevó a crear la empresa más importante en la comercialización de libros y otros artículos en la Internet: Amazon.com. Ahora este hombre implacable en los negocios, apasionado del espacio y las naves tripuladas, el mismo que ha impuesto la austeridad como forma de trabajo en su organización. Un libertario, definido como conservador en los negocios y liberal en sus ideas sociales y políticas, que ha apoyado por ejemplo una campaña para el matrimonio homosexual. Este hombre, que figura entre los hombres más ricos del mundo, ha invertido apenas el 1% de su fortuna personal publicada en esta operación. Ha puesto un manotazo sobre la mesa en la industria periodística que ahora se pregunta ¿cual será la intención de Bezos? Algunos creen que la compra tiene solo intenciones de abrir puertas a sus intereses mediante el poder que ejerce la influencia de un periódico de gran tradición. Otros consideran que es una operación con visión de largo plazo cuidadosamente planeada que puede tener tras de sí una respuesta para revertir las tendencias negativas en los ingresos. Otros tienen la esperanza de que la experiencia exitosa de la individualización de perfiles de clientes que ha logrado en Amazon pueda ser la base a la personalización de contenidos que ha sido tan anunciada y poco eficaz hasta ahora en Internet. La familia Graham que vendió el Post a Bezos cree firmemente que encontrará la fórmula comercial exitosa y por eso se decidieron a vender. Los periodistas y los empleados que quedaron atónitos con el anuncio que el propietario hizo en su sala de juntas, ahora tienen una gran expectación respecto a las medidas que habrán de tomarse. Cualquiera que sea el camino que se decida estará basado en el uso intensivo de la tecnología enfocada a la comercialización por perfiles, el secreto del éxito de la empresa que ha vencido a Barnes & Noble, la tradicional librería norteamericana. No es fácil imaginar cuál será el modelo, pero lo que se adivina es que la perspectiva es de largo plazo y que las acciones serán graduales, tal y como lo han asegurado los directivos que han sido ratificados en sus cargos por la nueva administración. Lo que puede ser hasta ahora significativo es que en amazon.com aparece el dispositivo Kindle como principal oferta comercial junto a los videos en línea, y que en el portal del WP se lee: suscripciones digitales desde 99 centavos. En un lado se ofrecen los conductos de lectura y de percepción audiovisual, desde el otro los contenidos, y en medio seguramente una de las bases de datos comerciales más poderosa del mundo. Habrá que seguir cuidadosamente las acciones que Bezos decida tomar para hacer rentable a un símbolo del periodismo.

sábado, 10 de agosto de 2013

La madre de las reformas de Enrique Peña Nieto

La reforma en materia de energía que tanto se ha anunciado es la acción más trascendente que se ha propuesto la administración del Presidente Peña. Lo es porque su planteamiento implica también una transformación de las finanzas públicas y puede ser la palanca para un sistema de política social mucho más maduro. Los objetivos de la reforma parecen encaminarse a lograr una baja en costo de la energía, hacer de Pemex una empresa competitiva en el mundo, generar más recursos fiscales que no dependan de los Ingresos de Pemex, y generar un mecanismo de seguros en materia de salud y empleo que beneficien a la población de menores ingresos. Para conseguir estos objetivos la ruta implica terminar con el monopolio y abrir a la competencia y la inversión privada algunos segmentos del proceso de producción, refinación y comercialización de derivados del petróleo y abrir el sector eléctrico para impulsar una mayor y mejor oferta de energía. Implica también alianzas con intereses globales en este campo para aprovechar el gas shale y el petróleo de aguas profundas. También supondría un incremento en la recaudación que solo se puede obtener mediante un ajuste en al IVA que lleve a una tasa única en el país, eliminación de exenciones y hasta un aumento en la tasa, quizá a cambio de bajar el ISR. También implica un nuevo régimen de gobierno de Pemex y CFE en donde se profesionalice su manejo y se rompan las barreras que significan algunas concesiones sindicales. Además implicaría un nuevo sistema fiscal que incorpore a la formalidad a millones de personas que ahora trabajan en el sector informal de la economía, mediante mecanismos que estimulen su afiliación. Por si todo esto fuera poco, se trata de que al mismo tiempo se puedan anunciar un sistema de seguridad médica universal para todos los mexicanos. La reforma puede producir un crecimiento real de la economía por encima de las tasas tradicionales de las últimas décadas para llegar a niveles por encima de 5% que es quizá la meta estratégica más importante desde el punto de vista financiero, político y social que se ha planteado el actual gobierno. Es mucho lo que México se juega en el debate que se inicia en estos días, y por eso se han retrasado las propuestas que saldrán de Los Pinos hacia el Congreso de la Unión. Las presiones para influir sobre las propuestas deben ser enormes, pero esperemos que los actores políticos del gobierno no cedan ante ellas y mantengan los objetivos y metas, y resistan para que el producto sea realmente una transformación estructural y no termine en ser un parche más a las leyes, como los que hemos visto repetirse desde los grandes cambios impulsados antes de 1995. México necesita estos cambios y los requiere pronto, porque la presión de la desaceleración de la economía global y el desgaste del capital político interno son dos amenazas que parecen crecer cada día. Hay que apostar por reformas profundas que trasciendan por generaciones.

sábado, 3 de agosto de 2013

El cambio en la Iglesia de Francisco

El Papa lucha por una reforma. Le resiste la fuerza de la curia. Le respalda una razón moral unida a la necesidad de reposicionar a la Iglesia en el contexto de la pluralidad global, de la información y el conocimiento disponible y de la cultura de la libertad. La vuelta a la humildad característica del cristianismo, que se contradice con el sentido material del imperio papal de los últimos siglos que ha producido excesos inocultables e inaceptables en el contexto de una ética liberal. Francisco se ha negado a usar lujos, habitaciones, ha decidido reducir las muestras de lujo en las ceremonias y se ha referido a la iglesia de los pobres como una línea esencial del cristianismo. Incluso se ha referido a una visión alejada de las culpas para centrarse en las virtudes. Su forma de actuar como sus mensajes muestran una intención de cambio. Puede ser que Francisco sea el papa reformador que retome la esencia teológica de un cristianismo mucho más apegado a la realidad social y la comunidad entre las cuestiones del cuerpo y las del espíritu. En nuestro tiempo la cultura del cuerpo es una realidad que se vive día a día con esfuerzos por mejorar la salud, la alimentación, el estado y la apariencia corporal. Mientras que para la teología mas conservadora del catolicismo el cuerpo es una cárcel del alma. Para la tradición judía y la del cristianismo primitivo la dignidad del cuerpo es inseparable de la del alma o espíritu. Pero con el paso de los siglos ha llegado a ser considerado como una barrera para la santidad. Una suerte de vergüenza que identifica al pecado con las manifestaciones corporales y con el sexo. Se consumó una suerte de divorcio entre el cuerpo y el alma, al grado de colocarlos como antagonistas, lejos del equilibrio entre cuerpo y espíritu que clamaban los griegos y de la concepción judía en donde ni el cuerpo ni el sexo están unidos ni a la maldad ni al pecado. El Papa ahora se ha acercado a la idea del cuerpo como una parte esencial de las relaciones entre los hombres y que no puede ser considerado como un adversario de la vida espiritual. Ahora parece aproximarse una revisión de conceptos tan esenciales como estos en el seno de la jerarquía católica y abre puertas a una perspectiva más abierta y ecuménica, mucho más compatible con el mundo de hoy. El papa Francisco parece mandar la señal de que la Iglesia para fortalecerse con respuestas a los desafíos éticos, no puede seguir refugiándose en el miedo a la corporeidad, ni seguir defendiendo ni la idea imperial, ni la identidad entre cuerpo y pecado. La apertura incluye la convicción ecuménica de que por las venas de creyentes y no creyentes “corre la misma sangre” y por tanto somos familia. Nuevas visiones en la perspectiva teológica parecen llegar con el nuevo papa a la Iglesia, como también nuevas formas políticas que apuntan hacia una profunda reforma. Habrá que ver si la resistencia de la curia logra impedir este cambio, o se convierte en la consolidación del espíritu del concilio Vaticano II.