domingo, 17 de marzo de 2013

El Papa, ¿jesuita franciscano?

La orden de los frailes menores fue fundada en 1209 por Francisco de Asis, quién le dotó de una característica observancia a la pobreza. La vocación era tal que Francisco no quería que el estudio quitara el espíritu de su orden. Decía que sí podían estudiar si el estudio no les quitaba tiempo de su oración y si no lo hacían por vanidad. Temía que la ciencia se convirtiera en enemiga de la pobreza. Siglos más tarde la Compañía de Jesús, fundada en 1540 por Ignacio de Loyola, quién dispuso que habría que huir de los poderes materiales y sus miembros debían hacer también un voto de pobreza. El nuevo Papa Francisco parece tener la intención de fundir ambas tradiciones. Los jesuitas están organizados de manera singular, en diez asistencias o regiones y 91 provincias. Se describen dedicados a la evangelización, definida como asistencia a las personas pobres, desvalidas y necesitadas, pero también al estudio y a la investigación científica. Son unos de los principales defensores de que la Iglesia recurra a la ayuda de los laicos para mantener su compromiso con los más desfavorecidos. Son una élite religiosa que ha mirado con cierta indiferencia el órden eclesiástico, cuentan con 67 obispos, y seis cardenales. Uno de ellos, es desde el pasado miércoles, el Papa. Los jesuitas han estado siempre atentos a detectar "los signos de los tiempos", tal y como recomendaba el propio Ignacio de Loyola. Y esa actitud les ha llevado a ser pioneros en muchas cosas. Han sido entre los primeros también, en la iglesia, en despojarse de la rigidez dogmática, para buscar la sintonía con la realidad social. Apoyaron sordamente la Teología de la Liberación, en los años ochenta, y una suerte de ecumenismo en la teología cristiana para armonizar con otras religiones. Lo que les ha valido reprimendas como en 1999, Joseph Ratzinger al frente del ex Santo Oficio, el teólogo jesuita Jacques Dupuis, fue amonestado por su libro Hacia una teología cristiana del pluralismo religioso. La Compañía de Jesús es una especie de aristocracia en declive, que puede arrastrar a toda la Iglesia hacia un compromiso con la pobreza o que la presencia de un jesuita al frente de la curia lleve a la Compañía a extremar la obediencia al Papa y a perder su garra combativa. Vientos de cambio soplan en la Iglesia que resuenan con el teólogo suizo Hans Küng, uno de los teólogos más controvertidos que critican el autoritarismo de la curia y que se declaraba encantado con el nuevo Papa. El jesuita Bergoglio, escogió el nombre de Francisco tenemos un emblemático jesuita franciscano. Parece una contradicción reunir a las dos órdenes religiosas más contrastantes aparentemente, como son las de la Compañía de Jesús, fundada por Ignacio de Loyola para preparar intelectualmente a las élites de la sociedad para difundir la cultura, la ciencia y, por otra parte, la orden Franciscana, fundada por el Poverello de Asís, que se caracteriza por su acercamiento a la gente más sencilla, a los más pobres. El contrasentido será resuelto en las acciones que el nuevo Papa lleve a cabo en los próximos meses. Hay una gran oportunidad de apertura que tiene que salvar primero el tema del castigo civil a los pedrastras. Francisco ha abierto una puerta.

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