sábado, 28 de enero de 2012

Levedad política

Vivimos una de las épocas más vacuas en la historia política. La trivialidad se ha adueñado de la agenda política y de la comunicación sin que la sociedad reaccione. La realidad ha llenado de ofensas a los ciudadanos que vemos con estupor que la corrupción, la impunidad y la violencia campean y No Pasa Nada.
No sucede porque los temas de los que se ocupan los políticos y los medios de comunicación hoy se concentran en esa levedad: historias de la violencia que nos invade, anuncios de supuestos logros de los gobiernos, promoción de la imagen de aspirantes a puestos públicos, eventos deportivos y una enorme cauda de información tan rosa como intrascendente que se convierte en la de mayor audiencia. Mientras los temas importantes son eludidos, para ellos nos hay propuestas concretas, como la persistencia de la pobreza extrema que hace que por ejemplo en la Zona Metropolitana de Guadalajara tengamos más de 150 mil personas con hambre, que no esté garantizado el abasto de agua potable para los próximos años por la falta de obras, que seamos la ciudad con peor calidad del aire en esta temporada en México, que se califique a las finanzas de Jalisco con perspectiva negativa por el endeudamiento excesivo, pero sobre todo que estemos en medio de un torbellino de violencia e impunidad que agobia. No hay debate sobre las cuestiones trascendentes, respecto el futuro que estamos construyendo hoy. Somos una sociedad tremendamente desigual que ha producido enormes fortunas y espacios de calidad de vida, y al mismo tiempo mantiene una pobreza que debe avergonzarnos a todos. Estamos en proceso de asumir la violencia como parte normal de nuestra vida cotidiana, sembrando en niños y jóvenes una visión equivocada del valor de la paz y el respeto a las normas. Cada día contaminamos el entorno natural en que vivimos de forma irresponsable, dejando ríos, lagos, presas, tierras, playas, mares llenos de suciedad. Ante estos desafíos los responsables callan, eluden el debate y prefieren centrarse en cuestiones triviales.
Los ciudadanos debemos exigir respuesta a partidos y candidatos. Debemos actuar para que los medios de comunicación masiva asuman una agenda de temas trascendentes que auspicie el debate de altura.
Vamos a exigir que quienes tienen responsabilidades públicas se ocupen de lo importante y rindan cuentas respecto a estos asuntos. Ya basta de tolerar que partidos políticos y grupos tomen los bienes públicos como un botín de la guerra electoral. Ya esta bueno de permitir el enorme dispendio de recursos en proyectos irrealizables, en caprichos personales o en ideas de iluminados que pretenden ser redentores. En este sentido, las organizaciones sociales, las empresas, universidades y todo tipo de instituciones independientes deben exigir que los procesos políticos que vivimos se llenen de respeto y dignidad. Que se establezca un debate y no una confrontación de historias de telenovela. Exigir propuestas, ideas, valor civil a los candidatos y dejar de propiciar el engaño que significa la levedad política que tenemos.

sábado, 21 de enero de 2012

El Juego de Elba Esther

Pocos personajes de la vida pública de México han sido tan controvertidos como Elba Esther Gordillo. Luego de más de 20 años de ejercer un férreo control del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, a más de diez de haber creado el Partido Nueva Alianza, de haber pactado políticamente con gobiernos del PRI y del PAN parece haber llegado a la etapa más difícil: encontrar una forma adecuada de salir. Al cerrar su acuerdo con el Presidente Felipe Calderón y acercarse de nuevo al PRI dio un paso definitivo. Al centralizar el poder en el SNTE y en Nueva Alianza se concentra en mantener su poder real que es transversal al Gobierno Federal y al de los estados. Sin embrago, las circunstancias políticas agitadas que vivimos la colocan en zona de alto riesgo porque las tres fuerzas principales desconfían de ella y porque su verdadera fuerza es más formal que real en la base de los maestros de México.
Al romper con su alianza con el gobierno se encaminó a intentar controlar al PRI, que atraviesa por los duros ajustes previos a la campaña electoral. El desgaste y salida de Humberto Moreira, la influencia de exgobernadores con los que tiene lazos fuertes como Miguel Osorio y el forcejeo interno son hechos que afectaron su poder hacia el PRI y su influencia en Enrique Peña. Las luchas internas por las candidaturas al senado fueron la gota que derramó el vaso y se rompió la alianza electoral con el Partido Nueva Alianza y el acuerdo político con ella.
Ahora Elba debe decidir entre restaurar su acuerdo con el gobierno, que sería muy costoso, porque seguramente le pondrán como precio el control del Sindicato, o buscar aliarse con su amigo Manuel Camacho Solis y respaldar a Andrés Manuel López Obrador. Las dos opciones son riesgosas.
Por otra parte, el sistema educativo requiere de cambios profundos. Los tres partidos incluyen el tema en su agenda de gobierno, y su presencia resulta incómoda para cualquiera que pretenda iniciar una transformación educativa estructural.
En los próximos días veremos las consecuencias que estos hechos. Es probable que ahora se inicie el declive de una de las figuras políticas que más han influido en los gobiernos recientes. Y también es probable que se inicie una tranformación del Sindicato de Trabajadores de la Educación. Depende en gran medida de que los maestros se decidan. Que el gobierno actúe y que los partidos resistan la tentación.

lunes, 9 de enero de 2012

Guerra en México

La guerra ha sido motivo de admiración de los hombres. Los griegos construyeron su civilización influidos por la Ilíada, quizá el mayor monumento escrito a la guerra. Nuestro tiempo es tiempo de guerras, lo ha sido en todo el devenir de la civilización occidental. Lo es en las últimas décadas bajo la hegemonía militar de los Estados Unidos en el Mundo y lo es hoy en México. Una relectura de la Ilíada es oportuna porque nos lleva a una visión de todas las guerras, o mejor, de todas las historias de guerras. Es muy atractivo encontrar un referente a la violencia militar mediante un relato; la épica clásica ha sido fuente de inspiración por más de dos mil quinientos años. Alessandro Baricco, uno de los mejores narradores de nuestro tiempo, realizó una versión de esta obra clásica y la difundió en libros y en la radio romana hace algunos años, usando un lenguaje actual, un ritmo más vertiginoso e involucrando a los personajes en la narración. El resultado fue tan atractivo como exitoso porque trae a nuestra generación el tema bélico con toda su crudeza. También hemos sido testigos de esfuerzos cinematográficos para abordar el tema bélico tratado por los griegos en historias como la vida de Alejandro. La imágenes de la guerra y sus terribles efectos puestos en imágenes, palabras habladas o en letra impresa impactan por su fuerza, y al mismo tiempo producen compasión. Los gritos de guerra son siempre graves y sonoros, los lamentos agudos y profundos. Los vencidos escriben la épica de la victoria, las victimas no tienen voz. Ahora que en México vivimos una de la etapas más violentas de nuestra historia, en donde el año pasado murieron más de doce mil personas, quizá tantas como en la guerra de Troya, es oportuno reflexionar sobre la guerra y su narrativa.
Las historias del combate al narcotráfico distan mucho de ser las narraciones épicas clásicas, porque carecen de los valores esenciales del honor, la solidaridad de los pueblos y el ejercicio ordenado de la violencia ejercido por los ejércitos. También porque sobran víctimas y carecemos de héroes. Por eso la historia audiovisual de nuestra guerra es lamentable. Nos falta el sentido femenino de la guerra al que se refiere Baricco que siempre reclama la paz. Nuestras mujeres no hablan como Helena o Andrómaca que enfrentaron a los héroes al dilema del deber de paz con el amor y la familia contra el deber del honor violento. Las madres de las víctimas nuestras, lloran ausencias perpetuas y ahogan sus gritos en medio de una publicidad vacía.
Al final, la paz se impone a la guerra porque lucha contra la violencia, es siempre una causa con una enorme parte femenina. La paz es indispensable porque como Andrómaca gritaba “Se pueden ganar con pillaje bueyes y cebado ganado, se pueden adquirir trípodes y bayas cabezas de caballos; mas la vida humana ni está sujeta a pillaje para que vuelva ni se puede recuperar cuando traspasa el cerco de los dientes”