martes, 24 de marzo de 2009

México en la visión de Hillary Clinton

México en la visión de Hillary Clinton
Luis Salomón
La imagen de que México vive una crisis de sus instituciones públicas se ha convertido en una especie común en los círculos del poder en Washington, al grado que se habla de un “estado fallido”. Esta idea en diversas versiones se ha propagado por el Capitolio y algunas agencias del Gobierno del Presidente Obama. Los hechos en que se pretende sustentar esta idea son contundentes: mas de 7 mil personas han muerto en hechos violentos relacionados con el crimen organizado desde enero de 2008, en su mayor parte en ciudades fronterizas y del Norte del País. Los cuerpos de seguridad han sido insuficientes por carencias e infiltración y ha sido necesario que el ejército realice actividades de combate a la delincuencia; adicionalmente se ha esparcido una ola de criminalidad asociada a extorsiones, secuestros y otros crímenes que retan la capacidad de imperio de la ley en algunas ciudades de la franja fronteriza. La respuesta de los Estados Unidos no se ha hecho esperar: fortalecimiento de la vigilancia, uso de mayor capacidad tecnológica y colaboración con México, traducida en asistencia militar en equipo, helicópteros, sistemas, y asistencia en inteligencia y adiestramiento en contrainsurgencia, tal y como ha sido anunciado ayer y en días pasados.
La visita de la Secretaria de Estado que se realiza hoy está enmarcada en este clima de preocupación, creciente sentido de colaboración y asistencia, visión de debilidad institucional, dentro de un clima económico bastante adverso. Sin embargo, también hay que decir que México cuenta con enormes fortalezas que permiten una solución a estos problemas de seguridad interna y en franja fronteriza, siempre y cuando seamos capaces de construir una estrategia conjunta con Estados Unidos, que debe admitir que la parte más sólida y compleja del problema está en el comercio irregular de drogas allá, y en comercio legal e ilegal de armas que llegan a México; por nuestra parte habrá que reconocer que desde la década de los años veinte del siglo pasado no nos encontramos con una crisis de seguridad y violencia como esta, y que por ende debemos asumir posiciones mucho más abiertas a la colaboración, asumiendo que se trata de instrumentar medidas que afectarán en alguna medida las libertades y la tranquilidad de personas y comunidades. Leyes más estrictas y despliegue militar son parte de lo que veremos en los próximos meses, así como un equipamiento sin precedentes en las labores de vigilancia y seguridad interna. La solución no está en levantar muros ni cerrar fronteras, sino en hacerlas seguras, abiertas y eficientes para las personas y el comercio.
La Secretaria de Estado tiene en sus manos la agenda para la visita de Barak Obama en abril, que seguramente tiene en la seguridad fronteriza el tema de mayor importancia estratégica, y en el migratorio el de mayor impacto político. México debe forzar a que el gobierno norteamericano deje de vernos como un tema marginal y proponer alianzas de mayor calado en cuestiones de seguridad, pero también en los asuntos económicos, energéticos, ambientales y laborales, que cobrarán más importancia en estos años. Aunque tenemos una posición de debilidad, la oportunidad está puesta para abrir nuevos cauces, en tiempos de transformaciones estructurales. Estados Unidos debe apoyar la lucha mexicana contra el crimen, y México debe ser parte de nuevas soluciones económicas y de mercado. Dada la gravedad de los hechos y la crisis económica norteamericana, es un momento calve la relación bilateral, como no se había presentado quizá desde la época del fin de la Revolución Mexicana. Hay que actuar para fortalecer nuestro papel internacional y traer oportunidades a nuestro país. Es hora de un diálogo maduro con altura de miras.

jueves, 19 de marzo de 2009

lo importante

La agenda del país está peligrosamente dividida entre lo importante y lo espectacular, en momentos clave para nuestro futuro. La responsabilidad de este hecho es de las autoridades y de los medios de comunicación masiva, que convierten a la información en capítulos de entretenimiento vacío.

Lo vistoso está de manifiesto en páginas, fotos, comentarios y toda clase de espacios. El caso de la visita del Presidente de Francia ha sido una muestra de esta realidad lacerante: la figura de la señora Bruni, el caso de la secuestradora Cassis, son la parte más emotiva, mientras que los planteamientos de fondo fueron los temas de seguridad, el planteamiento para que México participe con sus fuerzas armadas en la ONU, el reclamo para que México no se centre en una política con solo un socio, son temas mucho más profundos.

Hacer una agenda de lo importante es oportuno ante la gravedad de la situación: En México hay 500 mil adictos a las drogas duras, 250 mil personas viven relacionadas con el narcotráfico; ha sido ejecutadas mas de mil personas en nuestro país de enero a la fecha; el narcotráfico maneja 24 mil millones de dólares. Los militares norteamericanos consideran necesaria la asistencia y en su caso la intervención armada conjunta en México para terminar con el crimen. El déficit público superará el 1.8% del PIB autorizado por el congreso, la recaudación bajo más de 14% en enero. Son solo algunos temas relevantes que deben objeto de análisis y comentarios de la mayor profundidad. La madurez política y democrática exige que todos los mexicanos dejemos de lado el espectáculo barato de una información reducida a simples impactos emotivos, para compartir temas mucho más profundos.

Las carpetas blancas de la situación actual se pueden subsumir en dos temas: el estado de derecho que está seriamente amenazado, junto con la capacidad de gobierno, por el crimen organizado y la crisis económica que impacta a México con un fuerza sin precedentes y que requiere de movimientos sociales de gran envergadura. Junto a ellas está el tema educativo que es la única salida de fondo a los problemas estructurales de la Nación. Los diagnósticos son graves en todas ellas y las acciones no pueden ser superficiales.

Militarización, cambios constitucionales del régimen castrense, cooperación forzada de estados Unidos, acciones de uso de la fuerza pública están en una de estas carpetas. Intervención del estado en bancos, subsidios al crédito, apoyos económicos a la industria automotriz, reducción del gasto público están en la otra, mientras que en educación pareciera que estamos de experimentos.

El abuso de las agendas vistosas puede ser contra producente para los propósitos de la administración, ya que al fin de cuentas conducirían a la trivialización de la vida pública y la irritación social por el deterioro económico.